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Analisis NBA 2K16 ,PC,PS4,XONE

Perfeccionando el sueño.
Miercoles 30 de Septiembre de 2015 por Diego Emegé

¿Con qué cara me vuelvo a meter yo a analizar un NBA 2K? El año pasado, después de analizar 2K15 volví a jugarlo unas 3 veces contadas. No ha vuelto a ver un partido de baloncesto. No he vuelto a saber de Durant, ni de Curry, ni de CJ, ni de ese deporte que, por otra parte, me sigue gustando enormemente. Supongo que me faltaba voluntad… Espera, espera un momento. ¿Voluntad para jugar a un simulador de deportes? Vaya, sí que me costaba jugar. Me resultaba frustrante perder la inmensa mayoría de los partidos, sentir que no avanzaba en Mi CARRERA, saber que estaba desperdiciando un amplio porcentaje de las posibilidades del juego y, por supuesto, que me humillaran salvajemente en el juego en línea. Obviamente, me he tirado un año pensando que lo que no funcionaba era yo.

 

Ahora, después de semana y media disfrutando (sí, mucho) de NBA 2K16, me respondo: Diego, sí y no. Sí, porque no seguiste practicando, y no, porque el juego no te animaba a ello. Me explico: este año la experiencia 2K supone un salto de su planteamiento del simulador de deporte en varios sentidos. Ya os hablaba de ello en el avance, pero ahora lo confirmo. El primero es lo que yo considero la puerta de entrada a la nueva experiencia, y eso es Livin’ the Dream, la película producida por Spike Lee que habla de Frequency Vibrations, el protagonista del modo Mi CARRERA este año.

 

Decisiones, decisiones, decisiones...

 

Somos nosotros, sí, pero solo en apariencia (y eso a veces puede chocar cómicamente con el contexto de Freq, por aquello de ser de familia negra del Harlem profundo), porque encarnamos a una futura estrella de la NBA desde los primeros pasos de su carrera profesional, ya en el instituto. A lo largo de lo que será nuestra etapa universitaria y luego el primer año en la NBA, Spike Lee es el encargado de pintar un expresivo mural sobre la vida de Freq, sus decisiones, y los que le ayudan a tomarlas: sus padres, su hermana melliza, su amigo de la infancia, su novia, su representante y el presidente de su primer equipo.

 

Durante el desarrollo de esta primera etapa controlando a Freq, me he encontrado con sensaciones negativas al respecto de la historia. Como pieza narrativa es un trabajo muy basado en el diálogo, en la psicología de los personajes y en sus interacciones (recordemos: Spike Lee está al mando). No avanza la historia, pero tampoco tiene que avanzar: es un simulador de baloncesto, al fin y al cabo. Pero el hecho de que nos metamos de lleno en la intimidad del núcleo familiar de Freq —junto con la personalización de nuestra apariencia— permite que cada vez que encestamos, que hacemos un tapón o que clavamos una asistencia, saltemos del asiento, porque este año creemos más que nunca en nosotros.

 

Las conversaciones pueden resultar tediosas, pero es necesario para llegar a entender a quienes nos rodean.


El segundo salto que realiza NBA 2K16 es técnico. Se ve mejor, claro, pero no hablo de eso. Lo más necesario en un simulador de deportes, en el mejor simulador de deportes que existe, es que se haya mucho hincapié en el realismo y la interacción, a través de la física, la animación y la actuación de la inteligencia artificial. Pasemos lista: presente, presente y presente. Este año Visual Concepts ha rellenado pelotas con vida, cuerpos con peso y cabezas con nuevos y esponjosos cerebros —o eso parece. A eso hay que sumarle la restructuración del control, que ahora se ha simplificado, pero logrando tal equilibrio entre la inmediatez y la intuición que me entran ganas de llorar solo de pensar en qué narices tendrán que hacer el próximo año para superarse. Con todo esto, cada movimiento implica una plétora de procesos maravillosos que podemos sentir. Los jugadores toman decisiones (siempre dentro de los parámetros de la dificultad seleccionada) basadas en el aquí y ahora, se mueven con la cadencia que les proporciona su propio cuerpo y reaccionan con una naturalidad inquietante.

 

El tercer salto es el más alto, pero es uno controlado. Se trata del afianzamiento de la franquicia como la única y más amplia experiencia de baloncesto interactiva. Desde NBA 2KTV a Mi GM, NBA 2K16 hace un repaso de un 99% de la realidad del baloncesto. Hablamos de un título que nos permite jugar libremente, en torneos, con amigos, con desconocidos, en la calle, 1 contra 1, 3 contra 3, crear nuestro propio equipo, montar una liga, nuestra propia franquicia, coleccionar cartas para inventarnos nuestro equipo de ensueño, etc., etc. Hoy puedo decir de verdad que he encontrado mi lugar en NBA 2K, porque a pesar de su agobiante amplitud de miras, está pensado para todos. El fan de la NBA es su jugador ideal, por supuesto, pero todo el resto de curiosos que se acercan para coger el mando y empezar en este mundo pueden encontrar su ritmo fácilmente.

 

Si entrenas duro, trabajas duro y juegas duro, este es el resultado.

 

O quizá no tan fácilmente… La inmensa pega que le encuentro a esta franquicia desde hace varios años es la falta de un tutorial consistente. En ese aspecto es un juego que vive de las rentas y reduce el aprendizaje a cuatro vídeos y varios modos de práctica. Teniendo en cuenta que es un juego en el que las oportunidades de experimentar están muy limitadas, considero que para los próximos años deberían volver a recuperar el estupendo tutorial de NBA 2K13, que repasaba paso a paso todos los movimientos y nos los enseñaba en un tutorial totalmente exhaustivo que nos llevaba de la mano en todo momento.

 

En mi caso tengo la suerte de que la gran paliza de aprendizaje me la llevé el año pasado. Este año ya hay callo, y me permito controlar la partida más o menos. Pero, con todo, me niego a pensar que sea esa la razón por la que este NBA 2K16 haya logrado seducirme. Hay tanto trabajo y está realizado de forma tan coherente que sé que muchos de vosotros os sentiréis de la misma forma. Basta que diga esto para que los más pro del lugar me salten a la yugular dentro de varios meses, alegando que el sistema de cartas es un gran mojón, o algo por el estilo pero lo dudo tanto… Mi parte del trato termina aquí. Ahora os toca a vosotros vivir el sueño.

9.6
/ 10

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