Analisis NBA 2K13 ,PS3,WIIU,X360

Lo hablamos en el avance de NBA 2K13, ¿puede mejorar de alguna manera una franquicia que parece haber exprimido todo el potencial que tiene en esta generación? La simulación de baloncesto de 2K Sports es cuasi perfecta para lo que le podemos pedir a nuestras ya viejas consolas de sobremesa y la sensación, con la edición de este año, era que el listón iba a ser difícil de superar.

Las sensaciones con la edición 2013 de NBA 2K son encontradas. Por un lado, sigue siendo un juego de basket espectacular, un título que te lanza toda la adrenalina de una cancha de baloncesto a la cara mientras emulas a algunos de los mejores jugadores del planeta. Y todo ese elemento sigue ahí, muy presente. Aunque no haya competencia, no se le nota a NBA 2K13 una falta de motivación en el terreno de la simulación pura y dura.

Si pasamos al envoltorio, a los modos de juego en los que nos vamos a perder a lo largo de todo este año, la sensación cambia. Y no voy a decir que cambia para mal, pero si que en la comparación, este aspecto del título sale perdiendo. El modo MyTeam es el gran añadido de este año, una fotocopia del modo FIFA Ultimate en el que podemos pasarnos meses ocnstruyendo nuestro equipo ideal a base de sangre, sudor y lágrimas. Es este MyTeam el mayor y mejor añadido de NBA 2K13. A decir verdad, y esto lo digo a título muy personal, los modelos de juego en los que hay que construir un equipo casi desde cero son los que, a día de hoy, más me atraen, más allá de jugar con plantillas preestablecidas donde el reto se lo pone cada uno a su gusto. En MyTeam, el resto está ahí desde el salto inicial.

Pero si pasamos página, veremos que las novedades, que las hay, saben a poco. Se ha incluido una moneda virtual que ganaremos con cualquier acción que llevemos a cabo en cualquier modo de juego, se han añadido modificadores para los jugadores (que se compran con dicha moneda) y que añaden un cierto toque rolero al juego (desde el especialista en lanzar triples desde la esquina hasta el que es capaz de anotar aunque haya contacto con la defensa) ya que permiten mejorar las plantillas y romper la monotonía de nuestras estrellas.

Como decía, son cambios estéticos que añaden profundidad al título pero no la suficiente como para justificar un juego totalmente remozado. Y es quizá, en esta falta de ambición a la hora de buscar esa profundidad, donde más duele el hecho de que 2K no haya explotado la inclusión del Dream Team en el juego. Después de los añadidos de Jordan en 2011, a gusto personal una gozada que justifica por sí sola el juego, y de los partidos históricos en 2012, en esta edición tenemos la posibilidad de jugar con el combinado olímpico de 1992 o el de 2012... y poco más. No se ha construido una historia o un reto alrededor, simplemente la opción de escoger a ambos equipos para echar un partido y dirimir cuál es el mejor equipo de todos los tiempos. Eso sí, los equipos clásicos siguen ahí para poder disfrutarlos.

Por todos estos motivos, es mejor echar la vista hacia la cancha y ver las virtudes de NBA 2K13 allí donde mejor lucen: cuando el balón rueda por la pista. El nuevo sistema de control permite este año utilizar el stick derecho para manejar a los jugadores (y obliga a apretar un gatillo para hacer lanzamientos) aunque la sensación es que no está del todo pulido. Al estilo del motor de colisiones de FIFA en 2012, la idea es francamente buena, y ayudará a simplificar los controles, pero debe pulirse.

Con todo lo que hemos explicado, la pregunta que nos formulábamos al principio sigue en el aire: ¿ha mejorado de manera radical NBA 2K13? La simulación sigue a un gran nivel y las pequeñas mejoras suponen un plus, pero la sensación general es que al juego le falta un punto de ambición, muy posiblemente motivada por la falta de un competidor real. Pese a todo, ojo, NBA 2K13 es un gran juego. El problema de los grandes, y de los que juegan contra sí mismos, es que el listón en ocasiones está demasiado alto.