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Analisis Oh...Sir!! The Insult Simulator ,PC

"Tu madre era un hamster y tu padre olía a bayas de saúco".
Sábado 29 de Octubre de 2016 por Diego Emegé

Oh… Sir!! The Insult Simulator fue un prototipo creado en 42 horas en el concurso para desarrolladores amJam, organizado por Artifex Mundi. Ya hablamos de él un poquito en nuestro MGIndie especial de los juegos que vimos en la Gamescom de este año, pero lo cierto es que desde ese primer estadio de desarrollo ha cambiado mucho. Nació como un juego en el que dos jugadores podían enfrentarse en batallas de insultos. Los insultos se creaban uniendo palabras o fragmentos de oraciones que mantuvieran el sentido y que además sirvieran para dejar por los suelos al contrincante.

 

Ese concepto es similar al que probamos en la Gamescom, pero ya entonces había adoptado varios elementos de cara al lanzamiento que hemos tenido esta semana. Encontrarlo en Steam es un poco complicado, porque ese prototipo del que hablábamos llegó a estar disponible de forma gratuita a partir de diciembre del año pasado en la plataforma de Valve.

 

Pero a estas alturas, el juego de insultos ha evolucionado mucho, al añadirse montones de elementos que le faltaban y solucionarse varios problemas que tenía. Lo primero que se han incluido son los modos de juego. Mientras que el principal planteamiento del juego funciona muy bien para enfrentarse a amigos o familiares a los que queramos insultar, el juego final incluye una versión para un solo jugador en la que podemos “insultar a la máquina” en discusiones individuales o torneos en toda regla. En ellos podemos abrirnos paso a base de ofensas para desbloquear niveles y personajes. Aunque resulte divertido, la verdad es que se queda un poco cojo por el desequilibrio del sistema. La IA no siempre funciona bien, y a veces tiene muy mala pata y propone insultos muy pobres. “Tu profesor de matemáticas es tu sentido de la moda” no es de las cosas más bestias que se puede decir a nadie, precisamente.

 

 

Por suerte, los otros modos de juego suplen las carencias de esa campaña en solitario, que a fin de cuentas no sirve más que para que nos hagamos con el sistema de insultos y las variables según el tipo de personaje (hay temas que hacen más daño que otros según el personaje). No, pero la mejor forma de jugar es con una persona real. Es cierto que insultar a alguien a través de internet siempre tiene su aquel, pero como eso es algo que hacemos casi siempre en cualquier otro juego competitivo en línea, lo que más nos ha gustado de Oh… Sir!! es sentarnos con algún colega para ponerle a caldo cara a cara.

 

Aunque la naturaleza de los insultos pueda parecer inocente en un principio, a medida que jugamos vamos descubriendo muchas posibilidades y opciones que sorprenden y realmente caldean los ánimos de los que juegan y los que observan. Hay algo mágico en la idea de insultar abiertamente a la persona que se tiene sentada al lado diciéndole que su aliento huele a cloaca, o que su madre es un ornitorrinco con la esperanza de vida de una mosca. Los insultos hacen que la experiencia cobre vida, y si encima metemos en la mezcla algún componente alcohólico, se puede echar una tarde-noche fantástica.

 

 

Por otra parte, a pesar de que los insultos sean tontos, divertidos y originales, el sistema tiene carencias. A pesar de que los desarrolles hayan incluido variaciones de sobra, los enfrentamientos tienden a estancarse en unos pocos “temas tabú” como el sentido de la moda, la familia, etc. Al echarle varias horas uno empieza a tener la sensación de que las discusiones se repiten. Lo bueno es que no debe ser muy complicado meterle un parche al juego para meter más variaciones. Por otra parte, el torneo en solitario se puede completar en menos de una hora, así que aparte del componente social, el juego no ofrece muchas razones para volver a prestarle mucha atención.

 

Pero, claro, estamos hablan do de un juego que cuesta menos de 5 euros. Aunque ese modo en solitario no sea cautivador, revolucionario ni excelente, sigue siendo un juego que permite exprimir toda nuestra creatividad a la hora de insultar a nuestros seres queridos. No descartamos organizar alguna quedada para probar la experiencia y empezar bien la noche. ¿Nos quejamos de que faltan ideas? Bueno, Oh… Sir!! The Insult Simulator demuestra que lo único que hace falta es ser vehemente con nuestra creatividad y sacar adelante nuestras ideas. No hablamos de una experiencia que os cambiará la vida, pero sí es una nueva opción que tiene cabida en cualquier biblioteca de juegos. Además… su lanzamiento para dispositivos móviles permite usarlo entre copas y bailoteos. Ya nos contaréis qué os parece.

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