Analisis Gonner ,PC

El roguelike está en la cresta de la ola y lleva ahí años. Para los fanáticos del género, la sensación es de haber sido tocados por dedos divinos, de nombres Rogue Legacy, Downwell, The Binding of Isaac y Enter the Gungeon. Por suerte, en esa mano divina todavía hay sitio para más dedos. Por eso hoy hablamos de GoNNER.

 

Se trata de un juego de plataformas con una apariencia adorable y una factura muy íntegra en el que recogemos calaveras, armas y mochilas en cada recorrido hasta que nuestra habilidad nos permite alcanzar al jefe final. Cada vez que descubrimos uno de esos objetos en nuestro avance, tenemos la oportunidad de volver a usarlos desde el principio de cada partida. En otras palabras: se desbloquean. Las calaveras definen el movimiento y la cantidad de vida de que disponemos y las mochilas nos otorgan habilidades especiales que se pueden usar indefinidamente —previo tiempo de enfriamiento—, como recargar la munición del arma, disparar una ráfaga frenética o desencadenar una tanda de explosiones a nuestro alrededor.

 

 

Los suelos, techos y las paredes de los niveles aparecen a medida que nos movemos o que disparamos, con lo que nos encontramos con un planteamiento visual muy interesante y estimulante. Es una de esas elecciones de diseño que ayuda a que el juego se desmarque del resto y garantice una longevidad frente a otras opciones más realistas o menos inspiradas. Por otra parte, el personaje protagonista y los enemigos son monísimos, por no hablar de Sally, una ballena varada que es nuestra mejor amiga y cuyas apariciones nos arrancan sonrisas y caras tontas cada cierto tiempo. Ay.

 

El sistema de disparo y movimiento se asemeja al de Downwell en el sentido de que cada arma tiene un «tacto» y un retroceso distintos, y de que podemos saltar y usar las paredes para deslizarnos y caer sobre los enemigos para dañarlos. A pesar de que en nuestro recorrido en el juego no hemos encontrado más de seis armas (al parecer hay montones de secretos y muchos más que se van añadiendo con actualizaciones), todas tienen sus ventajas y su idiosincrasia. Antes de cada enfrentamiento con los jefes se nos permite hacer compras en una tienda con los glifos morados que vamos recogiendo al matar a los enemigos sin hacer pausas. Así podemos recuperar vida, munición y comprar alguna arma o habilidad. Ah, estos glifos también sirven para seguir la partida en caso de morir.

 

 

Se muere, y mucho. Pero es algo aceptable y asumible. Al recibir un golpe perdemos los objetos, por lo que tenemos que correr sin cabeza para recuperarlos antes de que nos dañen una segunda y última vez antes de morir, independientemente de la salud que tengamos. En los niveles más avanzados, en los que hay más enemigos a nuestro alrededor, el proceso de recuperar los objetos es harto complicado. Quizá por eso los marcadores en línea destacan el uso de la calavera que impide que se nos caigan los objetos al recibir golpes. Es un planteamiento extraño, pero funciona muy bien; especialmente si dejamos de lado las muertes baratas al caer por precipicios o el hecho de que a veces podemos pasar al siguiente nivel dejando atrás alguno de esos objetos sin querer. Al ocurrir esto, nos toca sobrevivir hasta encontrar una tienda o exactamente el objeto perdido por el camino.

 

Una partida completa de GoNNER no es muy larga. Si los dioses nos son benevolentes, podemos completar el recorrido completo en 20 minutos, pero lo normal es que tardemos seis horas con todos sus minutos en conseguir llegar al jefe final. Eso es muy razonable teniendo en cuenta el precio de 10 euritos. A pesar de que al llegar a ese dulce final parece que no hay mucho más que hacer, existe la posibilidad de sacar mejores puntuaciones encadenando combos y de enfrentarse a los desafíos diarios que se han incluido. Es una pena que el juego haya pasado un poco inadvertido (de hecho, salió hace casi dos meses y hasta ahora no lo habíamos descubierto). Estamos muy contentos de habernos animado con él, porque es un buen juego. Tiene un planteamiento interactivo muy adictivo, buena música, un estilo visual atractivo y una dificultad muy bien ajustada. Si buscabais vuestro nuevo roguelike favorito, aquí lo tenéis.

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