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Analisis Desesparados ,IOS

Dame trabajo
Jueves 12 de Noviembre de 2015 por Kysucuac

Con cuatro millones de personas en paro en España, la situación se vuelve desoladora. Los españoles, no obstante, nos caracterizamos por ser capaces de sacar una sonrisa hasta de la peor de las realidades. Así nacieron grandes obras de la sátira y así nacieron los anuncios de Cruzcampo. También así ha nacido Desesparados, por obra y gracia de GamesWork. De parados, para parados y sobre parados, ¿alguien da más?

 

Desesparados es una forma divertida de reflejar la triste realidad de nuestro país, con cada vez más desempleo juvenil y sin un futuro claro para muchas generaciones. Se trata de un juego gratuito para iOS y Android en el que nos convertimos en el ángel de la guarda de un grupo de seis personas, con diferentes perfiles. Nuestra misión: Encontrar trabajo para ellos y evitar que se desesperen o se vayan de España. Sí, somos una especie de trabajador del INEM haciendo el trabajo que no está haciendo nuestro Presidente del Gobierno. Pero no vamos a meternos en política ni a prenderle fuego a la Moncloa, así que vamos a centrarnos en el juego que tenemos en nuestras manos.

 

En la cola del paro

Nuestro escenario principal (y único en realidad) es la cola del paro en una oficina de empleo. En esta cola nos esperan nuestros seis personajes: Daniel, Rosa María, Ariena, Jesús, Gerardo e Isabel. Si hacemos click en cada uno de ellos, nos dirán algo diferente. A veces, lo que los personajes puedan decirnos añadirá algún detalle a su perfil, si bien un extra o un punto más a sus principales habilidades. También nos servirá para ver cómo avanza su estado de ánimo (una barra que irá decayendo conforme pase el tiempo y no encuentren trabajo) y darnos cuenta de que, si un personaje dice “Me he comprado una escopeta, pa' ir tirando” algo va mal.

 

Pero, antes de liarnos a tiros, vamos a dejar claro qué podemos encontrar dentro de la hoja de cada personaje, a modo de Curriculum Vitae. Nuestro personaje, además de un nombre, tiene una edad, una barra con su estado de ánimo, una hucha con su dinero y una cesta de la compra, que nos indica lo que gasta cada mes. Si sus ahorros comienzan a llegar a números negativos, la barra de ánimo irá cayendo, y llegará un momento, al llegar a 0, en el que el personaje desaparezca, bien porque ha vuelto a su país o ha huido de éste, bien porque, sí, efectivamente, se ha liado a tiros.

 

Debajo de estos conceptos más técnicos, tenemos ya lo que es el perfil profesional de cada uno de los parados, con todas sus habilidades: Aguante, Versatilidad, Ventas, Hostelería, Administración y Técnico son las habilidades que nuestros personajes pueden (o no) tener, cada uno a un nivel. El icono del cerebro indicará su nivel de conocimientos, mientras que el de la llave inglesa lo hará con el de la experiencia. En las ofertas de trabajo (que hay desde jugador de Quidditch hasta marine espacial, pasando por teleoperadora y ese tipo de cosas más convencionales) se nos mostrarán los requisitos, ayudándonos así a seleccionar a un personaje para cada cosa. Además, están los extras (de los que nos enteramos hablando con nuestros queridos parados) que también se tienen en cuenta en las ofertas de trabajo.

 

 

Pero no todo es trabajar en esta vida, ya que también se puede mandar al parado a estudiar. Junto a las ofertas de empleo, nos encontraremos siempre un par de cursos de formación. Algunos de ellos tendrán requisitos como las ofertas, y nos servirán para añadir nuevas habilidades o perfeccionar las que ya tenemos. Sin embargo, esos cursos no nos aportarán dinero (lógicamente), por lo que nuestros ahorros seguirán acercándose peligrosamente a negativo.

 

Jugando con la aleatoriedad

Encontrar trabajo no siempre está íntimamente ligado con tener el perfil adecuado. A veces sólo es una buena combinación de suerte, estar en el lugar adecuado en el momento oportuno. En Desesparados pasa algo parecido, ya que no siempre nos cogerán por nuestro perfil. A veces lo damos, a veces no, aunque hay más posibilidades de encontrar trabajo si entramos dentro de lo que buscan.

No obstante, con aleatoriedad no me refiero aquí a ofertas de empleo. Conforme pasan los meses, encontramos en nuestro escenario de la cola del paro una carta. Esta carta, al darle la vuelta, reflejará un evento aleatorio, bueno o malo. Puede ser desde que nos toque la lotería o que volvamos con nuestra pareja, aumentando así nuestros ahorros o nuestro ánimo, o que nos roben por la calle o nos enfademos al leer las noticias. También hay eventos que no afectan para nada a nuestra situación, como que un político salga en la tele diciendo que la crisis ha terminado. De esta manera se juega en Desesparados con lo aleatorio y con el humor en situaciones... pues como la vida misma. Esta carta misteriosa puede salvarnos el mes que sea o puede condenar a un personaje a la desaparición. Eso ya depende de ella, no de nosotros. Tú dale la vuelta, a ver qué pasa.

 

Nuestro objetivo es llegar al final del juego – 24 turnos/meses – con al menos 2 personajes. Parece fácil, pero cuando empiezas a ver que sus números se vuelven todos rojos y que no hay manera de encontrarles trabajo, la cosa ya no pinta tan bien. Poco a poco, tus pobres parados comienzan van perdiendo ánimo y van cayéndose, literalmente, de tu lista. Además, las ofertas de empleo no son para siempre, y cada contrato durará como mucho 4 meses (o turnos), y no todos aumentarán el estado de ánimo de tu personaje.

 

 

Una iniciativa de andar por casa

Como dije al principio de este análisis, este juego ha sido realizado por parados para parados. Un grupo de catorce personas muy diverso que ha sabido buscar una alternativa a la desesperada situación del parado. Y lo cierto es que han creado un juego muy entretenido, rápido, de estos que en media hora lo has terminado. Pero como no le consigues trabajo a nadie y no vas a ganar en tu primera partida, de cagas en todo lo cagable (sobre todo en Rajoy) y lo vuelves a jugar. Vamos, que engancha y mucho, a pesar de su sencillez.

 

No obstante, en Desesparados se nota mucho eso de ser un juego muy de “andar por casa”, se ve a la legua que no ha sido hecho por una gran compañía – ni falta que hace de todas formas – y hay algunas cosas que te pueden chirriar. Por ejemplo, el sonido. La música es muy buena, y con buena calidad, pero el suspenso se lo llevan las voces. Vale que no hayan querido llamar a ningún profesional para decir unas cuantas frases para cada personaje, pero al menos podrían haberse esforzado un poco más, ya que hay demasiada diferencia entre una forma de “doblar” y otra. Por ejemplo, Ariena, la chica rubia, lo dice todo gritando y con 0 en interpretación. Luego hay personajes que a ratos son andaluces y a ratos de Vallecas. Y por último está Rosa María, que el intento de acento latino no se lo cree ni ella. Con la gente latina que hay en España, seguro que alguno de los creadores de Desesparados tiene alguna amiga a la que le hubiera encantado poner su voz. O, bueno, tampoco cuesta tanto imitar un acento, digo yo.

 

Pero dejando mi doblajenazismo a un lado, la estética del juego también refleja ese concepto de “hecho a mano”, con personajes simples que de cara dejan un poco que desear. Sin embargo, aquí no nos importa tanto como con las voces, ya que venimos con la idea de que tampoco podemos exigir nada a un juego gratuito para móviles, y más sabiendo lo que hay detrás.

 

Me quedo con el pequeño detalle del final de los créditos, cuando ganas o pierdes, o cuando le das al botón de “Donar”. Nosotros no te pedimos dinero, sólo que nos ayudes a encontrar un trabajo, ¿y cómo ayudamos a estos hombres y mujeres a encontrarlo? Desde luego no de la misma forma que en el juego, que eso es mucho más sencillo (o no), sino compartiendo sus Cvs, los cuales se incluyen en el juego para que, además, les echemos un vistazo y conozcamos mejor a las cabezas pensantes detrás de este título tan... realista.

 

En conclusión, Desesparados es un juego muy entretenido y divertido, porque refleja en clave de humor la triste realidad de un país que se viene abajo y, en fin, que da que pensar. Muy recomendado para cualquier viajecillo en autobús o en tren, o para cuando estás tirado en tu casa sin tener nada que hacer. Las partidas son rápidas y se pueden jugar los 24 turnos seguidos, o bien dejarlos para ir poco a poco, eso ya a gusto del consumidor.  

5.5
/ 10

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