Analisis LEGO City Undercover ,WIIU

Pocas personas conozco, por no decir ninguna, a quien le desagrade el estilo de los juegos de LEGO que basan sus historias y sus personajes en famosas sagas de cine, y más recientemente, del mundo de los cómics. Pero todo sea dicho, así como no hay detractores, tampoco hay defensores a ultranza de estos juegos. Sencillamente están, y si se han hecho populares no es por el hecho de que sean de LEGO, por sus mecánicas jugables o por su humor, sino por ser productos enfocados al jugador infantil pero que no ofenden al jugador adulto, basados en famosas licencias que atraen a todo tipo de público. Quien más quien menos ha probado un juego de TT Games sólo por ver el acercamiento con aspecto de un juguete universalmente conocido a una saga favorita como Star Wars, El Señor de los Anillos o Harry Potter. Ahora lo intentan sin licencias, y el resultado es mucho mejor.

LEGO City Undercover no está exento de referencias al cine, pero lo hace como cajón de sastre de todo tipo de películas de toda clase de géneros que hay que poner muy en duda que un niño de hoy en día haya visto o siquiera oído hablar de ellas, y el jugador adulto encontrará en estas referencias la motivación necesaria para seguir avanzando en una historia de policías y criminales en la que todo parece una gran broma hecha tanto para encantar a los niños como para que quienes han crecido jugando con cajones de piezas de LEGO vean un sinfín de creaciones en movimiento, creaciones que, dicho sea de paso, son perfectamente realizables en piezas reales como parte de una regla de oro que TT Games ha de seguir para tener la aprobación de la firma danesa.

En este caso ha sido TT Fusion quien ha conseguido encajar algo que hacer en cada rincón de una inmensa ciudad que podemos recorrer de punta a punta en más de 100 vehículos (o animales), cada uno de ellos diferente de los demás en diseño y manejo. La conducción es una parte importante de LEGO City Undercover, y no siempre es tan agradecida como lo sería en un juego de corte más realista, pero hay que tener en cuenta que los coches reaccionan como las piezas de plástico que emulan, y tienen un manejo brusco y unas colisiones un tanto impredecibles que pueden llegar a desesperar a quien venga pensando que esto es un Grand Theft Auto hecho con LEGO.

Porque sí, el eje del juego es su ciudad abierta, y consigue como si los mejores sandbox llevar al jugador a querer explorar cada milímetro, consiguiendo que muchas zonas y calles de la ciudad sean icónicas para que al final ni siquiera tengamos que seguir el GPS y la línea de puntos en la carretera para llegar al destino, sino que nos acabamos acostumbrando a recorrer el barrio chino, el parque y la zona montañosa, el centro de la ciudad inspirado en Times Square, la zona portuaria que recuerda a la Venecia de Assassin's Creed II, una isla que nos hace pensar que estamos en el primer Crysis, o la zona del aeropuerto que, eso sí, nos lleva a tener los mejores recuerdos de GTA IV. LEGO City Undercover no se corta un pelo en cuanto a referencias e inspiraciones para conseguir el sandbox más variado que existe, tenga temática infantil o no.

El humor, desde luego, es algo muy relativo. Puede haber un tío duro al que los diálogos del juego no le inspiren ni una mínima mueca de aprobación mientras que yo puedo decir que me ha sacado más de una carcajada con todo tipo de situaciones y diálogos delirantes, un humor chorra de situaciones predecibles y juegos de palabras y, desde luego, el personaje de Frank Honey, un detective novato, enchufado y medio lelo que en sus diálogos con el Capitán hacen pensar que estás viendo la versión LEGO de Loca Academia de Policía.

Hay todo tipo de misiones que nos hacen seguir la historia principal, pero las más destacables son esas en las que el juego se convierte en una aventura de acción y plataformas estilo LEGO, avanzar y destruir para construir objetos que nos permitan seguir avanzando, resolviendo determinadas situaciones que dificilmente se podrían llamar puzles en las que hay que elegir el atuendo correcto para utilizar la habilidad que nos permita seguir adelante.

Hay más de 300 disfraces que coleccionar, pero en realidad sólo acabaremos utilizando los 8 que nos conceden habilidades especiales, como el ladrón capaz de abrir cerraduras con su palanca, el bombero que apaga fuegos y rompe puertas con su hacha, el obrero que taladra el suelo con su martillo neumático, el minero que vuela rocas con su pico y dinamita,... Y muchos más, del que cabe destacar el granjero, algo que a priori no tiene mucho atractivo al ver que es quien se dedica a regar macetas especiales para hacer crecer enredaderas, pero que sorprende como ninguno al ver que es capaz de planear utilizando una gallina sobre su cabeza como si de Link con un Cuckoo se tratase, además de utilizar esa misma gallina para disparar huevos a los enemigos.

Con todas esas habilidades y las que vamos desbloqueando a lo largo de la aventura que nos permiten acceder a carreras por tejados, persecuciones y robos de coches especiales y mucho más, es con lo que rellenan cada milímetro de la ciudad, algo con lo que nos animan a seguir tras pasar de los créditos del juego, cuando llevamos aproximadamente 15 horas y un 30% de todo lo coleccionable. Los ladrillos dorados que nos dan al conseguir algo especial funcionan a modo de las estrellas de un Super Mario 64, pero esta vez hay más de 400.

Por supuesto, LEGO City Undercover no es el juego perfecto. Tiene taras, y no pocas como vamos descubriendo a medida que jugamos, pero no son motivos que alejen de la compra a quien tenga un mínimo de interés por el juego. De poco sirve que os advirtamos de que cada cambio entre interiores y exteriores lleva una carga de casi dos minutos, de las caídas ocasionales de framerate o de ciertas imprecisiones a la hora de plataformear entre superficies aptas para free-run al más puro estilo Mirror's Edge, si no son motivos de suficiente peso como para echar para atrás a quien tenga ganas de un gran sandbox que demuestra que el género no tiene que ir enlazado a tiros e historias crudas.

Falla en cosas elementales como la velocidad de la cámara o lo mal implementados que están los autoguardados que sólo se activan al conseguir algo importante y nunca en medio de una misión, la cuál, si por cualquier motivo tenemos que abandonar apagando la consola, tendremos que volver a repetir desde el principio al volver a encender la consola, y no sólo eso, sino que siempre tenemos la comisaría como punto de partida, por muy lejos que esté de donde lo habíamos dejado. Pero esto no impide que sea un placer recorrer cada calle de LEGO City en el primer medio de transporte que encuentres, sea un Smart, un big-foot, una silla de ruedas, un helicóptero o un caballo.

LEGO City Undercover es uno de los juegos del catálogo de Wii U que más ofrece a día de hoy. Asumir que esto no es un GTA ni lo pretende es el primer paso para disfrutar de cada euro bien amortizado en las muchas horas de juego que empiezan al completar la divertida historia. Desde luego, no es el juego definitivo que llevará a la nueva consola de Nintendo a salir del bache, pero es uno de esos exclusivos que se tendrá en cuenta durante mucho tiempo en las listas de favoritos.