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Analisis Inazuma Eleven Go Luz | Sombra ,3DS

¿Humo y espejos?
Domingo 23 de Marzo de 2014 por Dayo

A pesar de todo, el orden sigue cierta lógica: comienzas convirtiéndote en el campeón de los colegios japoneses, sigues acabando con una amenaza extraterrestre-balompédica y acabas haciendo lo más importante que puede hacer un futbolista: ganar el campeonato del mundo. No nos engañemos: lo de los alienígenas parecía peligroso hasta que se centraron en fastidiar el desarrollo deportivo de unos pobres infantes de un instituto nipón. La amenaza del nuevo Inazuma Eleven Go es la corrupción en el fútbol, un enemigo más común de lo que creemos en realidad. Aquí, eso sí, bajo una capa de pintura anime y con delirios de grandeza de un protagonista “misterioso” de la trilogía original.

 

Con ustedes, el nuevo protagonista. Adora el fútbol por encima de todas las cosas

 

Inazuma Japón lo ganó todo y se retiró por todo lo alto en la tercera entrega. A la cuarta, un cambio generacional se ha hecho con los galones del Raimon y ha comenzado una nueva historia desde cero, con los antiguos héroes disfrutando de los acontecimientos desde la grada, evitando que en el cuarto episodio le casquen un 5-1, un 2-0 y se marchen calentitos a casa antes de jugar el tercer partido de la primera ronda. Le debemos mucho a ese equipo, pero no consentiríamos un fracaso así en Level 5. El caso es que no ha pasado. Eso sí, puede que algunos puntos del juego acaben siendo algo decepcionantes dada la trayectoria de la saga.

 

Tarda en comenzar, es cierto, y no es menos cierto que la ausencia de Mark y compañía pesa en los primeros compases de la historia. Consigue remontar, pero es inevitable pensar que el protagonista es un Tsubasa-wannabe, que su amigo es un Pikachu-wannabe, que el capitán es una auténtica Marie Sue y que Victor es un antagonista (previsible amigo) antipático. Las llegadas de los protagonistas originales, diez años más creciditos, dará alguna que otra alegría a la parroquia que disfrutó de las tres primeras entregas en Nintendo DS y 3DS. Queda por saber si Nintendo España plantea lanzar el pack con esas trilogía en nuestra país, pero esa es otra historia por el momento.

 

Las mecánicas siguen siendo prácticamente las mismas. Cambio generacional de lado

 

Sin embargo, sí, se acabaron las historias extrañas: ante ustedes la primera entrega legítima en Nintendo 3DS. Y no te hará falta jugar mucho para verlo por ti mismo, ya que el apartado técnico está a años luz de lo visto en episodios anteriores. Encima, le sienta estupendamente, y gracias a la potencia de la portátil japonesa todo cuadra perfectamente en pantalla. No es el juego con mejores gráficos de la máquina, pero sin duda se ha hecho un gran trabajo en materia de diseño y animación, que por cierto, cuenta con más vídeos que nunca. El apartado sonoro, de diez, como viene siendo habitual. La introducción y conversaciones han sido dobladas al castellano, algo que quizás nosotros no sepamos valorar, pero que los pequeños de la casa se quedarán boquiabiertos con lo que tienen entre manos.

 

Hablando de eso, a la hora de encarar Inazuma Eleven debes tener una cosa clara: puede gustarte, puede despertar tu niño interior y puedes vibrar con sus aventuras, pero jamás olvides que es un juego infantil, y que la redundancia está en cada esquina de la obra. Acciones absurdas buscando a amigos enfadados (varias veces, ¿eh Marie Sue?), escenas que quedarían mejor como vídeo que como juego (el truco para matar al dragón es la varita aturdidora, ouch) o esos extraños vicios a los que nos ha acostumbrado Level 5 de caminar más que un hobbit por la ciudad del rayo. Curiosidad: desaparición de las random battle, algo que provoca dos efectos. El primero es que descuides las pachangas y no subas de nivel, circunstancia que provocará que el juego sea más difícil (algo que, sin duda, necesita); el segundo es lo valorado que está el hecho de que juegues con todos los rivales, recibiendo mucha experiencia y convirtiendo el título en (otro) paseo. No lo olvidemos: es infantil.

 

Rayo = entrenamiento. Abusa de ellos y tendrás el juego más fácil del universo

 

Las mecánicas de partido vienen a ser las mismas que en capítulos anteriores, pero ahora se le otorga un mayor valor a los elementos y aparecen unos espíritus en algunos protagonistas que los vuelven prácticamente invulnerables mientras dura su maná. Lo único que puede frenarlos es otra de esas representaciones, que al chocar, provoca un encontronazo por la supremacía del balón. Choques épicos que seguro sumarán enteros en futuras, pero que supone un añadido satisfactorio a un sistema de juego que ya es suficientemente espectacular.

 

La conclusión viene a ser la misma que la de capítulos anteriores: las sensaciones son espectaculares y es el videojuego de Oliver y Benji que tú nunca tuviste y que sin duda mereciste. Es una producción única como regalo a la chavalería, y la excusa perfecta para tomárselo prestado y ver qué esconde para enganchar a usuarios de generaciones diferentes. Un nuevo y notable comienzo que tendrá que demostrar más en las futuras entregas.

8

/ 10


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