Analisis Horizon Zero Dawn ,PS4

Horizon Zero Dawn es una mezcla muy bien ordenada de muchísimos referentes. Guerrilla Games acierta al mezclar Red Dead Redemption, Uncharted 4, Tomb Raider, Monster Hunter, The Last of Us y Far Cry 4, emplazando el resultadoen un mundo post-post-apocalíptico muy interesante y rematando la jugada con unos gráficos fabulosos. El resultado es una notable experiencia en la que lo mejor es matar Robosaurios.

Solo por el combate contra sus máquinas merece la pena jugar a Horizon Zero Dawn. Ellas son mucho más poderosas que Aloy, consiguiendo esa relación de fuerzas tan de Dark Souls. Esto nos obliga a explotar intensivamente los cambios de altura del terreno, las rocas, el agua y los árboles; también las trampas, bombas y nuestras flechas. Es fundamental subir de nivel, recolectar y construir nuevas herramientas, también aprender a jugar y no lanzarnos a lo loco a por las batallas, explotando las habilidades de sigilo de Aloy. Por desgracia, solo los combates contra los monstruos de metal son fabulosos puesto que los humanos a los que nos enfrentamos tienen una IA pésima, y hay muchos enfrentamientos de estos. ¿Conocéis ese tópico tan de The Walking Dead de que los verdaderos monstruos son los humanos? Pues eso.

Sé que puede parecer un tanto abusivo hacer tantas comparaciones en un análisis de un juego, pero es que Horizon Zero Dawn es un constante pasear de referentes por la pantalla. Su plataformeo funciona porque es idéntico al de Uncharted 4, con franjas pintadas de amarillo incluidas. Su sistema de subida de habilidades es como el de Far Cry 4, su maravilloso manejo del arco recuerda mucho a Tomb Raider, la recolección y crafteo evoca poderosamente a The Last of Us y la base de las batallas contra las máquinas, A.K.A. Robosaurios, se ha conseguido exprimiendo la del cazamonstruos de Capcom. En ocasiones he creído ver a un Tigrex lanzándose contra mí al galope. La mayor parte de las veces Guerrilla Games sabe tomar con acierto estos referentes, pero en otras los originales superan a las reinterpretaciones que vemos aquí, y entonces el juego cojea. A veces quiere introducir decisiones morales a caballo entre Mass Effect y el trabajo de Telltale Games, pero acaban pareciendo un atajo para no definir desde el estudio a Aloy. Por fortuna, y poniendo todo en una balanza, el juego acaba resultando una notable y recomendable experiencia de juego.

El mundo de Horizon Zero Dawn ha sobrevivido a nuestro propio futuro y también a su cruel pasado tras él. La organización social es tribal y lleva en guerra desde tiempos inmemoriales. Por fortuna, la generación de Aloy parece gozar de algo de paz. Al poco de empezar el juego, y por no entrar en spoilers, la chica tiene que abandonar su hogar y emprender una búsqueda para comprender su origen y el de su mundo. La historia de Horizon Zero Dawn es interesante y cuenta con un par de giros interesantes, sobre todo en sus últimoas momentos, pero por lo que destaca de verdad es por haber sabido repartir su información con acierto y colaborar en la construcción de su trasfondo. Los habituales coleccionables de los sandbox aquí son misteriosas piezas de su pasado tecnológico. Es fabuloso descubrir cómo Aloy y el propio juego se refieren a ellos con su propia terminología. No le llaman tanque, le llaman escarabajo grande, por ejemplo, y el jugador descubre con sus ojos al llegar a lo que se refería. En el interior de estos coleccionables se nos narra lo que ha sucedido, qué era ese mundo pasado, consiguiendo la difícil tarea de que adquirirlos todo no sea aburrido sino algo que quieres hacer. Con todo esto, Guerrilla Games consigue un juego muy sólido en cómo nos cuenta lo que quiere contarnos, no tanto en lo que quiere contarnos.

El mundo de juego goza de distintos climas y ambientes, pero todo os recordará a distintas escenas de la serie de Juego de Tronos, desde Invernalia a las tierras conquistadas por Madre de Dragones. Lo interesante es cómo está todo salpicado de esa tecnología muerta y de cómo la naturaleza la ha devorado. Por supuesto, en esto cobran un gran protagonismo las máquinas. El diseño de estas es sensacional, así como su manera de adaptarse al clima, de cómo nos atacan y de cómo se comportan entre ellas. De todos modos, no generan entre sí un ecosistema tan rico como quisimos creer en la presentación del juego, pero aún así se comportan muy bien con relación a su mundo. Si Horizon Zero Dawn tiene algo sobresaliente es cómo estas máquinas nos atacan, cómo interactúan con el entorno, cómo los imponentes gráficos colaboran en su majestuosidad y cómo nos embisten solas o en manadas. Merece muchísimo la pena jugar a Horizon Zero Dawn para vivir esto, y es que Guerrilla Games nos entrega con este título algunos de los mejores combates que vais a jugar este año. Tanto es así que cuando no estéis peleando contra las máquinas solo querréis estar haciéndolo, hasta el punto de que preferiréis que Horizon Zero Dawn hubiera sido una experiencia más lineal y guiada con muchas más de estas batallas y mucho menos de todo lo demás.

Cuando no estemos combatiendo estaremos realizando misiones de historia o secundarias. Las principales están bien construidas en su mayoría. Los personajes de Horizon Zero Dawn son sólidos y el videojuego nos permite explorar en el trasfondo de muchos de ellos. En el título de Guerrilla Games comprobaréis que su lore supera a la propia historia que nos quiere contar Aloy, tanto con los coleccionables que os contábamos como con la posibilidad de hablar mucho con PNJ seleccionados, además os encontraréis con muchas tareas opcionales que aportan nuevos detalles a la trama y que se han fijado en The Witcher 3 a la hora de aportar giros interesantes a su argumento. Es una lástima que Horizon Zero Dawn llegue con un par de bugs que afean el desarrollo de este argumento. En un par de ocasiones hemos tenido que apagar y encender la consola porque uno de nuestros acompañantes no quería avanzar o una misión no se decidía a finalizarse. Por fortuna, los remates de estas suelen ser con una gran máquina mecánica como jefe, y las sensaciones con las que te quedan son positivas.

Volviendo a las misiones secundarias, hay que decir que cuando hay personas que matar en el ajo la tarea pierde enteros, unos que se recuperan cuando cuatro máquinas más agresivas de lo normal intentan pararnos los pies. A la hora de liquidar humanos lo mejor que podéis hacer es emplear el sigilo, porque os ahorraréis los combates. De todas formas, Horizon Zero Dawn abusa de los enemigos mirando a las paredes y no es muy fino dejándote entender si ese monstruo te está viendo o no. A veces nos hemos ocultado detrás de una piedra y nos han visto igualmente. La única manera de asegurarte la invisibilidad es meterte dentro de unas zarzas rojas que os enseñan en el tutorial.

Horizon Zero Dawn es una mezcla de muchísimas cosas. En ocasiones funciona como un RPG, otras como un beat´em up, un sandbox o un título de exploración y supervivencia, incluso a veces quiere ser survival horror. De todos esos géneros toma un poquito, y el resultado es notable porque copiar bien no es fácil, adquiriendo su auténtica personalidad en su hermoso trasfondo, en cómo lo desarrolla su historia y sus secundarias, y en las increíbles peleas contra sus máquinas. Haber pulido más la inteligencia de sus humanos, centrarse más en un género concreto e intentar ser mejor que algunos de sus referentes en lugar de solo reproducirlos lo habría hecho ser sobresaliente, y también un sandbox con una mayor distinción del resto. Por no lograrlo, a veces se hace repetitivo y el juego pierde fuerza una vez que hemos conocido a todas sus máquinas. Pero Horizon Zero Dawn es largo, bello, sólido y con unos combates fabulosos. Os enganchará y os fascinará, así que a por él.