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Analisis Hard Reset Redux ,XONE

Llegó el chatarrero.
Domingo 05 de Junio de 2016 por Diego Emegé

Hard Reset tiene fama por su dificultad, pero en realidad lo más complicado en este juego es averiguar de qué narices va la vaina. Entre nivel y nivel se nos muestran viñetas de cómic dramatizadas que lo explican, pero la historia resulta más bien inexpugnable. Hablan de una corporación encargada de desarrollar la IA más avanzada y de una especie de rebelión de las máquinas, con lo que se explicaría por qué nos atacan robots. Sí, tiene sentido… Porque tampoco le podemos buscar tres patas a este gato; los intermedios narrativos acaban convirtiéndose en un trámite sin sentido, pero aunque nos los saltemos no pasa absolutamente nada. Hemos venido a matar robots rebeldes y el resultado nos da igual. Flying Wild Hog lo sabía, nosotros lo sabíamos y ahora lo sabéis vosotros.

 

Como no podría ser de otra forma, Hard Reset, desarrollado por antiguos miembros de People Can Fly, guarda muchos parecidos con Painkiller, siendo el más evidente que la diversión gira en torno a enfrentamientos contra hordas de enemigos sin mucha reflexión. Aquí no hay nada de coberturas, regeneración de salud ni nada por el estilo, sino que se regocija en unas mecánicas más esenciales de los juegos de tiros en primera persona. Ahora que estamos viviendo un renacer de Doom, puede ser un momento idóneo para que Hard Reset Redux nos recuerde quién tiró del carro primero.

 

 

Los enemigos robóticos de Hard Reset son de los más agresivos y violentos que podemos encontrarnos en un videojuego; no paran de perseguirnos a lo largo de los niveles en grupos dándonos palizas que nos dejan moribundos constantemente. Los niveles de dificultad están muy equilibrados para ofrecer un reto decente elijamos la dificultad que elijamos, y en el caso de Redux se han mejorado para que las manos más expertas suden con abundancia.

 

A pesar de la brutalidad que caracteriza a los enemigos, ningún combate llega a resultar injusto. En la medida en que el jugador sea ordenado, no deje de moverse y aproveche al máximo todas las armas de que dispone, hasta el mayor reto es asequible. Con esto no queremos decir que luchar no se convierta en un acto frenético; no debemos subestimar la ferocidad de los enemigos, y muchas veces tendremos que recapitular, al borde de la muerte, para aprender de cada combate.

 

 

Solo contamos con dos armas que se usan durante todo el juego: un arma que dispara balas, explosivos, etc. y una que dispara rayos, plasma y demás municiones del futuro. A pesar de que en un primer momento parezca que tenemos un arsenal limitado, a base de mejoras podemos transformar las dos armas para ganar en versatilidad exageradamente. La pistola CLN, por ejemplo, comienza siendo una especie de ametralladora, pero podemos transformarla en una escopeta, un lanzagranadas, un lanzacohetes o un lanzaminas.

 

Todas estas opciones están a mano en todo momento fácilmente y, además, el jugador puede mejorarlas, así como su propia salud, armadura o capacidad de munición. Para pagar por estas mejoras, debemos usar el NANO, que es una moneda que podemos recoger en los mapas o al matar a los enemigos. En los escenarios hay zonas secretas en las que encontrar alijos de esta moneda, con lo que también hay un componente de exploración que permite que demos uso al mapeado y nos empapemos de esta atmósfera futurista.

 

 

Uno de los elementos nuevos de Redux es la Ciberkatana, que nos permite realizar poderosos ataques cuerpo a cuerpo. No es la mejor inclusión en un juego en el que la esencia es correr y disparar, especialmente cuando al usarla nos arriesgamos a morir con mucha más facilidad que al usar armas a distancia, y especialmente al contar ahora con un veloz movimiento para esquivar que nos permite evitar sufrir daños fácilmente.

 

La mayor fortaleza de Hard Reset es la pureza de la experiencia de juego que ofrece. Quiere que disparemos en unos términos muy específicos y lo mantiene en todo momento, solo permitiéndose variar el tamaño de las secuencias de combate a medida que avanzamos. Todo aquel que conozca el pasado de los juegos de tiros en primera persona revivirá recuerdos muy tiernos al enfrentarse al planteamiento frenético del juego. Es indudable la satisfacción que se siente al ver al último robot de cada enfrentamiento explotar.

 

 

Redux, por otra parte, aborda varios de los problemas que planteó el juego original. Por un lado, con la inclusión de la esquiva se ha logrado subsanar la falta de equilibrio entre el movimiento del protagonista y el de los robots y, por el otro, se ha incluido contenido adicional para aumentar la duración de la campaña. Hard Reset ya contaba con una atmósfera muy carismática, con entornos que no ocultan la influencia de Blade Runner, robots con apariencia fría y feroz y un apartado de efectos brillante y colorido, que contrasta con los fondos grises y apagados. En el caso de Redux se ha realizado un trabajo de actualización de los gráficos que está ahí y es de agradecer, aunque el trabajo original no se hubiera quedado especialmente desfasado, pero es una pena que no hayan decidido mejorar el comportamiento de las físicas de disparos. En su mayoría, los enemigos actúan como esponjas ante la munición tradicional y algunos tipos de la futurista.

 

Hard Reset ofrece una experiencia genial, especialmente para los jugadores que disfruten de juegos del estilo de Painkiller o Serious Sam. La forma en que se dedica en cuerpo y alma a la violencia interactiva es algo digno de respeto, y el hecho de que lo lleve a cabo con tanta soltura es una sorpresa. Cuenta con un buen diseño de niveles y con unas mecánicas equilibradas que se traducen en una dificultad necesaria y combates voraces muy divertidos. Si vuestro catálogo de videojuegos echa en falta algo más de la vieja escuela, no lo dudéis: Hard Reset Redux es lo que necesita.

8.5
/ 10

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