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Analisis Forza Horizon 3 ,XONE

Sí, me gusta conducir.
Martes 20 de Septiembre de 2016 por Víctor Junquera

Imagina por un momento que eres uno de esos jugadores ocasionales de juegos de conducción, que disfrutas con las apuestas más diferentes a la simulación que, por un motivo u otro, han ido desapareciendo de la industria del videojuego o quedando como algo completamente irrelevante. Imagina que eres de esos que lleva años pidiendo el regreso de Burnout, Project Gotham Racing o que quieres algo más de DiRT o Need for Speed. Ahora imagina todo eso que quieres, por las carreteras de Australia, en el envoltorio más bonito que puedas haber visto en una consola, y ahí tienes Forza Horizon 3.

 

En Forza saben hacer muy bien lo de poner la miel en los labios. Las primeras pruebas siempre son el mayor espectáculo, un adelanto de todo lo que podrás llegar a hacer, ver y conducir.

 

Playground Games y Turn10 continúan con su apuesta por la pandilocura al volante, los festivales light de conducción extrema, la conducción por puntuación, el paisajismo, la clase y el porno automovilístico (car porn, que llaman), todo ello unido, siempre que el jugador quiera, a la buena simulación de conducción de la que siempre suelen hacer gala los Forza que obliga a poner los cinco sentidos al máximo para que un error no resulte fatal para nuestra montura. Pero, digamos que en la vertiente Horizon siempre está bien dejar un poco de lado la simulación, desactivar ciertas penalizaciones y daños (desactivar también ayudas como el rebobinado, la trazada completa o la ayuda de frenado), y dejarse llevar por el sonido del motor.

 

Photo Mode Porn.

 

Cuando juego a un Forza siempre tengo un dilema bien serio que sólo se soluciona haciendo de todo un poco. Siempre pienso: ¿Cámara de persecución cercana o vista interior de cabina? La primera para admirar mejor las vistas y disfrutar de los reflejos en la carrocería del coche, o la segunda para disfrutar del sonido perfecto de cada motor, verme más inmerso en la conducción y, ya puestos, forzarme a hacerlo mejor y aprovechar bien el stick derecho y los retrovisores para tener en cuenta a los rivales. Pero en esta ocasión, aunque he ido usando ambas a ratos, ha ganado la vista exterior. Estos paisajes merecen la pena ser disfrutados, y es realmente increíble ver que se puede distinguir cómo cada gota de barro va salpicando los bajos del coche o cómo cada brizna de hierba se ilumina de forma independiente al pararte a hacer una foto nocturna.

 

Qué tiempos aquellos en los que el reflejo del retrovisor no tenía la misma definición ni framerate que el resto de la imagen...

 

Al enterarme de la nueva localización en el E3 2016, Australia, no pensaba más que en desiertos y playas, y si bien el aprovechamiento del buggy me parecía interesante, pensando en las fotos no me parecía tan atractivo como la Costa Azul francesa de Forza Horizon 2, aunque sí mucho mejor que las carreteras de Colorado del primer Forza. Pero qué equivocado estaba. El gigantesco mapa de Forza Horizon 3 se puede dividir más o menos en cuatro segmentos: zona costera, centro de la ciudad, selva y sabana (más apropiado que desierto).

 

Car Porn.

 

Y es tal la cantidad y calidad de detalle de cada una de las zonas que resulta imposible quedarse con una favorita, todas tienen algo especial que convierte la conducción en algo extremadamente divertido por diversos motivos, y la variedad de coches (bien acompañada por las sugerencias del propio juego) ayuda a disfrutar más si cabe de cada carretera.

 

Al contrario que en Forza Motorsport 6, aquí la lluvia es impredecible, si cae no siempre deja los mismos charcos, obviamente.

 

Forza Horizon 3, así como la saga al completo, no es tanto un juego para engancharse a repetir circuitos y hacer tiempos, sino para disfrutar de la sensación de velocidad. No deja de ser un mundo abierto, con sus correspondientes explosiones de iconos en un mapa que te pide ser completado poco a poco para ir descubriendo nuevas pruebas y zonas, pero aquí el trámite no es disparar o saltar, sino conducir. Conducir como quieras, con el coche que quieras (más o menos), por donde quieras. Hay iconos de carreras por vueltas, iconos de carreras de recorrido único, iconos de 'carreras ilegales' nocturnas, iconos de zonas de derrape, iconos de radares que reventar a más de 300 km/h,... No dejan de ser iconos puestos en una serie de carreteras que se van marcando a medida que pasamos por ellas, lo que también tiene mucho que ver con el porno perfeccionista de quienes buscan completar algo al 100%.

 

Las carreras nocturnas no tienen mucha pinta de ilegales, pero sirven como derroche de efectos de iluminación.

 

Se siguen echando en falta muchos modos de juego como para poder decir que Forza Horizon 3 es el juego de conducción definitivo. Y hay novedades, claro, en esta ocasión no sólo se puede conducir en convoy en pruebas concretas o en la exploración libre para ganar más puntos de estilo y experiencia, sino que se puede hacer la campaña al completo en cooperativo (cuidado, que esto anula rebobinados o reinicios rápidos de pruebas), y siempre está ahí el más que necesario y bienvenido pique entre amigos con la implementación de Drivatares (una IA con tu GamerTag que aprende de tu estilo de conducción y aparece en partidas ajenas) y las distintas marcas de compleción de tus amigos o miembros de tu clan que te animan a recorrer alguna carretera más o a ir un poco más rápido por ese radar.

 

Un clásico, una carretera en la jungla y Dies Irae en la radio. No puede haber nada mejor.

 

Todo lo que tiene Forza Horizon 3 es realmente maravilloso, pero en general todavía se puede decir que había mucha más variedad de pruebas en aquellos juegos de diferentes estilos de conducción de los que Forza Horizon 3 toma tantas cosas buenas. Deja cierta impresión de que ese mundo abierto gigantesco y precioso que han creado se podría aprovechar mucho más, que con muy poco más podría llegar a contentar a más tipos de jugadores de conducción. Pero aún así, la cantidad de contenido no es ni mucho menos insuficiente, más aún contando con la posibilidad de crear circuitos, campeonatos y pruebas con tus propias normas y condiciones (recorrido, clases de vehículos, vueltas, climatología, etc) para que otros los jueguen.

 

Lo de la jungla bajo la lluvia está a otro nivel que no se justifica en esta captura en serio.

 

Y no quería cerrar el texto sin recalcar una vez más lo increíble que parece todo lo que muestra Forza Horizon 3. Puede tener cierta trampa al no tener que trabajar en modelados y animaciones de personajes más de la cuenta, pero no sería osado decir que éste es el juego que mejor luce en consola a día de hoy, y ni siquiera una retahíla de capturas de pantalla o un vídeo al que le puede afectar una mala compresión le haría justicia a semejante espectáculo. Y un año más, cuando pensabas que poco podía ir a mejor, Forza se supera.

 

Landscape Porn.

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