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Analisis Fire Emblem Awakening ,3DS

Accesible y profundo. Inmersivo y épico. Un imprescindible de 3DS.
Lunes 15 de Abril de 2013 por Víctor Junquera

Podemos dedicarnos a hablar de más de 20 años de historia que a estas alturas ya no importan. Fire Emblem: Awakening existe gracias a esos 20 años, pero a la hora de ponernos a disfrutar de él no pensamos en qué patrones de la saga se han ido repitiendo o en qué novedades hay con respecto a los demás, fundamentalmente porque, para muchos, éste será el primer Fire Emblem, y Nintendo e Intelligent Systems lo sabían cuando se decidieron a hacer el que hoy por hoy es uno de los mejores juegos de Nintendo 3DS, así que nada mejor que empezar por una historia totalmente autoconclusiva con el extra de unos cuantos guiños que sólo quienes conozcan los juegos anteriores comprenderán.

 

Escenas anime producidas por MADHOUSE presentan los momentos más espectaculares, pero en lo demás el motor del juego se apaña bastante bien.

 

A la vez que se presentan las bases del juego como, la cuadrícula, el piedra-papel-tijera de armas, los turnos y los combates de ataque-contraataque, se presentan los protagonistas a los que inmediatamente comienzas a asociar a un carácter individual, y estos dos hechos son algo inamovible a lo largo de las más de 40 horas de juego que podemos llegar a echar en una campaña. Las bases no se olvidan, y cada nuevo elemento se introduce de una forma bien explicada y consigues que detalles como el uso de magia y arcos o el emparejamiento de unidades no pasen desapercibidos. Lo vas a utilizar todo. Con los personajes pasa lo mismo. Cada unidad que aparece o que reclutamos para nuestro equipo es perfectamente reconocible. Puede que no te quedes con el nombre de todos, son casi 50, pero sabrás quién es cada uno por una personalidad bien definida bastante unida a su aspecto.

 

Y esa personalidad única de cada compañero es lo que hace que la muerte permanente sea uno de los mayores miedos del jugador de Fire Emblem, así como un elemento clave para sentir la tensión de que cada movimiento cuente. El jugador, representado por una unidad cuya muerte significa el Game Over, es el responsable de que cada uno de sus compañeros participe en una batalla, de que avance o ataque, de que combata codo con codo con otra unidad,... El juego está guiado por la historia prefijada de Chrom, descendiente de Marth y portador de la Falchion y del Emblema de Fuego, pero a la hora de la verdad, cada partida es diferente contando con que no todos los jugadores deciden usar las mismas unidades en combate, no todos forman las mismas parejas y no todos tienen los mismos descendientes, con lo que cada decisión forma una partida diferente.

 

La creación del avatar es un momento clave que define a tu unidad, una de las que mayor potencial tiene.

 

Todo en Fire Emblem: Awakening gira en torno a los vínculos. Vínculos que se formen entre unidades o que forme el propio jugador con sus unidades, que será lo que afecte a la forma de jugar de cada uno, si decide activar o desactivar la muerte permanente o si reinicia la partida al perder a alguien o asume las consecuencias de su error. Siempre hay algún aliado que cae más en gracia que otro, y perder a uno de tus favoritos duele como que tu hermano pequeño te borre “sin querer” una gloriosa partida guardada. Pero más allá de todo esto, del “cada historia es diferente”, no hay que menospreciar para nada la trama central, la que es común a todos los jugadores y la que lleva a vivir momentos únicos, memorables por épicos o por tener que tomar duras decisiones, algo a lo que ayuda todo el conjunto de un juego que va más allá de sus personajes, sino a toda la producción del título más redondo de Nintendo 3DS en este aspecto.

 

Para reclutar a ciertas unidades hay que hablarles con Chrom o con algún personaje que tenga algo que ver, pero hay que tener cuidado con no acabar antes con ellas.

 

El desarrollo de los personajes, que crecen a medida que crece el jugador como estratega, el concepto jugable sin fisuras, que ofrece una experiencia redonda de principio a fin sin dejar lugar a decir que tal bug rompió tu partida o que la CPU a veces hace cosas raras, la banda sonora orquestada que acompaña momentos de poner los pelos de punta,... Fire Emblem: Awakening es un conjunto redondo que además intenta disimular muy bien sus manías japonesas, aunque no consigue huir de todos los tópicos posibles.

 

Una vez más, no hagáis mucho caso de las capturas de los juegos de 3DS, no hacen nada de justicia. Se ve tan bien como el Radiant Dawn de Wii, y más definido.

 

La historia empieza fuerte y se hace mejor gracias al dúo protagonista, que por extraño que parezca en un RPG japonés, no es un niño u hombre que comienza siendo un pelele y acaba por convertirse en un héroe. Chrom ya es un personaje fuerte desde el minuto 1 y no cae en clichés, pero esto es algo que no todos los personajes pueden decir, y si bien es cierto que es agradable descubrir la personalidad de cada uno mediante sus muchísimas conversaciones extra de apoyo (que indican un grado de amistad o romance entre dos unidades que potencia sus estadísticas en combate), una vez vistas dos o tres, es fácil ver por dónde van los tiros en cada una, lo que hace que te sientas un poco menos especial porque tu partida no es tan única. Una conversación de nivel C de acercamiento en la que alguien debe un favor, un nivel B en el que se devuelve ese favor, un nivel A donde se quedan como amigos, y un nivel S donde una unidad hombre y una unidad mujer se declaran su amor mutuo y se casan, algo fundamental para engrosar las filas de nuestro ejército en los capítulos más avanzados, con los hijos de las parejas que se vayan formando, que es lo que realmente hace única cada partida y no todo el proceso anterior.

 

Con Marth comienzan los misterios de la historia de Fire Emblem, pero habrá varios giros inesperados y grandes momentos, de los de boca abierta y de los de lagrimita.

 

Awakening es casi el Fire Emblem perfecto, porque no se puede tener todo. Mirando a otros de la saga echamos de menos algún mapa gigantesco como los de Radiant Dawn (Wii) o una trama más compleja como la de Genealogy of the Holy War (Super Nintendo, sólo en Japón), pero nos da de sobra con lo que han conseguido llevar a 3DS en un juego que destaca por sus sobresalientes apartados técnico, artístico y jugable, por conseguir llevar una experiencia más cercana a la de los juegos de sobremesa al terreno portátil sin que se resienta un ápice, porque gracias a detalles como equilibrar factores al aunar la acción de anteriores juegos Rescatar con el Emparejar de Awakening, han conseguido la fórmula más refinada de la saga, apta tanto para que los recién llegados no tengan dolores de cabeza como para que los veteranos tengan algo nuevo que exprimir, gracias a la fórmula de siempre de Fire Emblem, pero en un juego que te insta a pensar en las unidades de dos en dos.

 

Accesible y profundo. Inmersivo y épico. Un imprescindible de 3DS.

9.5
/ 10

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