Analisis Final Fantasy IX ,ANDROID,IOS

El primer recuerdo que tengo de Final Fantasy IX está algo difuso, ya que no recuerdo si debo agradecérselo a Hobby Consolas o a Playmania. En aquellos tiempos, no sabía si Yitán, ese personaje que ocupaba la portada de la revista, era un chico o una chica. ¡Era un diseño tan raro, tan alejado de Final Fantasy VIII! Al principio no me gustaba demasiado, pero conforme vi más cosas del juego, la magia de Squaresoft me conquistó. En esta ocasión, habíamos dejado a un lado el diseño realista por uno algo más “chibi”, lo que echó a mucha gente para atrás. Sin embargo, Final Fantasy IX es el título más maduro de toda la franquicia.

 

Dieciséis años han pasado desde que me embarcara por primera vez en la aventura que Gaya, ese planeta tan... variado, me ofrecía. Dieciséis años desde que me preguntase por primera vez por qué en un mismo mundo había humanos, rinocerontes, y hasta hombres-mono. Bueno, hombre-mono sólo había uno, y resultó ser el protagonista. Con tantas razas diferentes, aquello parecía una fiesta constante. Había demasiada alegría en el ambiente... o eso parecía. Toda la historia que rodea a Final Fantasy IX va mucho más allá en temas que otros ni siquiera han rozado... Pero, a todo esto, ¿por qué estoy hablando de este juego tantos años después?

 

Bueno, para mí hablar de este Final no es ninguna novedad. Sobre todo teniendo en cuenta que ya lo he jugado en PlayStation, con el juego original, y con el mejor emulador de la historia: PSP. Jugarlo en la consola portátil de Sony fue toda una delicia, y hasta llegué a disfrutarlo más que en Play (menos a la hora de ver las escenas cinematográficas, claro. Ahí echaba de menos la tele). Hace relativamente poco me preguntaba si había llegado el momento de jugarlo de nuevo – empujada quizás porque vi a un chico en el metro jugándolo en la PSP, igual que yo, y sin saber cómo matar a un monstruo de tipo zombi. USA LÁZARO, POR DIOS – y refrescarme, una vez más, la memoria. Sin embargo, no tardé demasiado en aparcar la PSP y darle una oportunidad a una plataforma que, en fin, quizás no sea la adecuada. Sí, esto va de hablar de Final Fantasy IX para iOS y Android. En mi caso, Android, ¿vale?

 

 

 

A veces creo que Final Fantasy VII y VIII son un paso atrás con respecto a ciertos aspectos que ya se tocaban en Final Fantasy VI. Quizás encontré en el título protagonizado por Terra un acercamiento a cada uno de los personajes (que eran muchos, por cierto) que no conseguí sentir en los dos juegos posteriores. En cambio, Final Fantasy IX trata a cada uno de sus personajes con una profundidad envidiable. Y cada uno de ellos tiene una historia que contarnos.

 

Por supuesto, nuestro gran protagonista es el hombre-mono guaperas de turno, Yitán. Se agradece un protagonista, por fin, sin demonios interiores (a simple vista) y sin que pase todo el tiempo ensimismado, queriéndose cortar las penas. Cosa que Square repitió con Tidus y con Vaan, si bien no le quedó del todo igual. Yitán es ese rompecorazones de gran corazón que deja a un lado todo para ayudar a quien le necesite. Sin embargo, este chico esconde un pasado que ni él mismo recuerda, y tendremos que avanzar mucho en la historia para conocer su verdadera identidad. Spoiler: Yitán tiene miedo a la muerte y a dejar de ser él mismo, un miedo que cualquiera de nosotros puede experimentar y que nos acerca más, si cabe, a este personaje tan aparentemente simplón.

 

Pero, claro, a este ladrón de carteras y suspiros lo acompañan un total de siete personajes principales, cada uno de ellos con sus miedos e inquietudes. Y, cómo no, hay una chica. En realidad hay dos, aunque la segunda no tiene demasiadas posibilidades con el protagonista. Pero, sí, Yitán está locamente enamorado de Garnet, de la que ya hablé en mi texto del Día de la Mujer. Garnet, por su parte, no le hace demasiado caso, aunque acaba conociendo las virtudes (no estoy hablando de esa “virtud”, no seáis malpensados) del chico y acaba correspondiendo. Pero esto es más que un romance de dos adolescentes, ya que la propia Garnet tiene sus preocupaciones, igual que el resto. Y al final estamos ante un relato mucho más humano de lo que se espera en un mundo de animales parlantes.

 

 

 

No he venido hoy aquí a hablar de la historia de este juego, ya que incluso los que no lo hayáis jugado todavía (que ya tiene delito, hoyga) conoceréis al menos de qué va la cosa. No, vamos a hablar de qué supone encontrarnos un juego como éste, del año 2000 y, por consiguiente, de PlayStation, en una plataforma como es una tablet y con un sistema operativo como es Android. Lo primero que debo decir es que estoy gratamente sorprendida.

 

En un primer momento, no era partidaria de jugar a un título que me gusta tanto en un medio  como la Tablet, pero he de decir que la adaptación a la pantalla táctil es inmejorable. Sí, quien ya lo haya jugado por el método tradicional se dará cuenta de las limitaciones de esta nueva interfaz, pero lo cierto es que Final Fantasy IX se adapta sin ningún problema.

 

Ahora me doy cuenta: Haber convertido esta obra en un juego de bolsillo es toda una delicia. Sí, es algo que ya experimenté con mi PSP, pero parece que las cosas son más fáciles de llevar en un móvil, ¿verdad? Además, la llegada de Final Fantasy IX a Android e iOS va más allá de una simple adaptación. No es un mero reciclaje del juego, algo que parece estar haciendo Square Enix últimamente. Esta versiónincluye mejoras con respecto a la original, con gráficos más modelados y hasta con más colorido. Digamos que no innova en nada, pero nos depura el juego de la primera versión de una forma muy suave, pero necesaria.

 

 

 

No poder guardar la partida de alguna forma más rápida nos hubiera dejado con los pantalones bajados si nos vemos obligados a soltar el móvil o la Tablet. De modo que para este port surgió la idea más maravillosa que podía surgir: la inclusión del modo Continuar, que nos permite guardar la partida en según qué momentos, sin tener que esperar a los puntos de guardado originales.

 

Lo malo de llegar a esta plataforma, cómo no, es el gasto de batería. Digamos que mi móvil no ha aguantado mucho, mientras que la Tablet me ha dado para dos horas. Lo que convierte el juego en algo no tan portátil. Una lástima, la verdad, menos para los que tengan, también, un cargador portátil. ¡Cómo os envidio! Por lo demás, es una perfecta adaptación, si bien debería costar mucho menos. 20 euros por un juego como Final Fantasy IX los pago sin dudarlo y las veces que hagan falta, pero en móviles y tablets... Nope.

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