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Analisis Far Cry 4 ,PS3,PS4

Hablando de tú a tú con los dioses.
Viernes 14 de Noviembre de 2014 por Diego Emegé

Antes de que empecemos con Far Cry 4 os voy a pedir solo una cosa: olvidaos de Assassin’s Creed Unity, Rogue, de Watch Dogs y de The Division. Esto es Far Cry, esto es Kyrat. Aquí las cosas se hacen de otra forma y el pescao lo corta otra gente. Ahora que estamos ubicados, ya puedo empezar.

 

Estoy cabreado. Cabreado y entristecido. A poco que os imaginéis cómo funcionan los análisis de los juegos sabréis que tenemos un tiempo limitado para tratar de arrancar el alma al juego y hacer un duro ejercicio de abstracción para olvidar los límites de quien analiza y pensar en el potencial como jugador. Far Cry 4 no debería jugarse así. Far Cry 4 se juega con horas de sobra para paladear con paciencia cada minuto de juego en Kyrat, y de trastear con las múltiples vidas que los chicos de los varios estudios de Ubisoft han puesto a nuestra disposición. Es una experiencia amplia pensada para abarcar más de una semana de juego y alargarse durante mucho tiempo, en mi caso, porque es como tener unas vacaciones pagadas a un spa que quita todos los males.

 

Bienvenidos a Kyrat.

 

Yo soy de los que dudaba de la valía de Far Cry 4. Dudaba de su capacidad para volver a encandilarme como lo hizo la tercera entrega desde que se presentó en mayo de este mismo año. Acostumbrados a entregas anuales que ni aportan nada nuevo ni valen lo que se paga por ellas, me imaginé que la saga que nos ocupa se había subido a ese tren, y eso no me gustó. Ahora, aunque sigo sin saber las motivaciones creativas de los desarrolladores  —de hecho me arrepiento de no habérselo preguntado al señor Hutchinson cuando le tuve delante hace poco más de un mes—, tengo claro que Far Cry 4 funciona, y ya está.

 

Esta vez cambiamos de mundo. Entramos en la historia de Ajay Ghale y vamos más allá, para conocer la historia del país, de sus padres, del propio Pagan Min… Es un proceso distinto al de la tercera entrega. En esta ocasión no aprendemos a madurar, sino que maduramos, entrando de lleno en la historia de nuestra propia familia, igualándonos a las personas que nos trajeron al mundo y retomando sus trabajos vitales. Cuando comenzó la historia no dejaba de preguntarme por qué Ajay hacía todo lo que hace por los kiratíes, pero es parte de las sensaciones del propio chico. No sabe por qué lo hace, pero lo hace, y poco a poco va encontrando su identidad, que se extrapola a la identidad de quien busca más allá del juego de disparos.

 

Que un mono te aguante las rondas de chupitos solo ocurre en Kyrat.

 

Debo reconocer que hacía mucho tiempo que no repasaba los apuntes dentro de un juego, para leer las cartas coleccionables o mirar quién es quién en la historia. Far Cry 4 nos pide decidir, y los guionistas se las han ingeniado para obnubilar nuestro juicio con dos personalidades distintas y muy atrayentes: Amita y Sabal, los dos líderes del Sendero Dorado. Aparte de las simpatías originales, la historia nos deja entender que nuestras decisiones irán más allá del futuro individual y se llevarán por delante el destino del país. Cuando llegue vuestro momento recordaréis mis palabras cuando os digo que cuesta decidirse.

 

Kyrat, por su parte, ofrece muchísimo. Es una tierra rica en cultura, en religión, en flora y fauna. Cuenta con varias zonas diferenciadas por las biomas predominantes, y eso aporta variedad al simple acto de moverse entre bosques, que es algo inevitable. En lo que respecta a la cultura y la religión, es lo que mejor podría venirle a un Far Cry. Aparte empapar el rico apartado de coleccionables con el que contamos ahora, es un regalo para la vista que no dejamos de disfrutar a cada paso que damos. Templos enormes con estatuas de dioses, cuevas olvidadas que casi nos dejan oler en incienso… todo ello nos da una sensación de meternos en un mundo antiguo, que nos invita a conocerlo y a disfrutar de sus particularidades.

 

El equipo de Ubisoft ha hecho un trabajo excepcional con la ambientación de Far Cry 4: puro amor.

 

Como experiencia lúdica, Far Cry 4 perfecciona lo que se delimitó en la tercera entrega. Mismas mecánicas, más cuidadas, más pulidas, permiten que la base del juego esté muy bien cimentada. Y es divertido, muy divertido. No os puedo contar nada nuevo. Ya os lo sabéis: sigilo, brutalidad, animales salvajes, plantas, combos de ataque, espectacularidad… Los cambios son pocos, pero ayudan al desarrollo de la máquina de matar en la que queremos convertirnos desde el primer minuto. Gracias, Ubisoft, por esa ballesta de mano y el autogiro. Hacen de la vida de Ajay algo más amable.

 

Hay mucho que hacer en Kyrat y mucho ocurriendo constantemente. La inclusión de los eventos karma hace que no podamos tomarnos un momento de respiro, y se agradece, porque cada logro se traduce en experiencia y dinero, y que te los pongan en la puerta de tu casa, por así decirlo, es facilitar las cosas mucho. También hace mucho por ello el locutor de radio que se puede oír mientras conducimos por las interminables carreteras del Himalaya, comentando las últimas jugadas de Pagan Min, de los rebeldes y del propio Ajay. Además, el tío hace unos comentarios para partirse. Atentos al momento en que empiece a comentar su teoría de que los religiosos deben de tener una droga muy chunga

 

Shangri-La es sin dudarlo uno de los lugares más hermosos que se ha representado en un videojuego últimamente. Inolvidable.

 

Kyrat también es la puerta a Shangri-La, esa tierra olvidada que hombres mortales han buscado desde hace eones. Allí todo cambia. Dejamos atrás el frío del Himalaya para entrar de lleno en un mundo infernal, en el que los árboles son rojos y la sangre lo baña todo. Aquí conoceremos la historia del legendario guerrero Kalinag, que llegó hace eones a estas tierras para descubrir sus misterios a su rey. En pleno asedio de los demonios de Rakshasa, nos tenemos que ocupar de limpiar sus tierras arco en mano y tigre blanco al lado. Las mecánicas cambian radicalmente y uno se siente poderoso, nuevamente, a pesar de haber dejado atrás lanzacohetes y ametralladoras.

 

Y aún necesito mencionar las posibilidades en red. En esta ocasión podremos disfrutar de un modo cooperativo que incluye toda la experiencia del juego íntegra salvo por las misiones principales. Es tremendamente divertido. Far Cry 4 tiene todas las herramientas para sincronizar las experiencias de juego para lograr situaciones únicas e inolvidables, como matar un ratel a cuatro flechazos y clavarle una peineta en la cara, de regalo… En lo que respecta al contra operativo, Ubisoft ha organizado tres modos de juego prototípicos en torno a un sistema de juego muy interesante, en el que hay dos facciones con sus pros y sus contras que le dan un toque de distinción a las partidas. Los soldados usan el combate directo para enfrentarse a los cazadores, que se aprovechan de su combate sigiloso y más cercano a la naturaleza para hacer la lucha de guerrillas perfecta. Este segundo modo no es lo más exquisito de Far Cry 4, pero desde luego no le falta originalidad.

 

Una de las ventajas del cooperativo.

 

Tratar de hacer una crítica sobre un juego tan grande sin caer en una enumeración de los componentes es difícil, pero tampoco me gustaría quedarme corto a la hora de dar color a mi reflexión. Espero que mis palabras hayan logrado desviar vuestra atención del ruido que hay estos días y os planteéis que es necesario entender los juegos por sí solos. Far Cry 4 es mucho. Y es más; en todos los sentidos. Es el culmen de un proceso creativo que nació en Far Cry, comenzó a andar en Far Cry 2 y maduró en Far Cry 3. Es la realización definitiva de unas mecánicas interactivas que ya eran exquisitas. Es el acto de tomar lo salvaje de la anterior entrega y encontrarle un entorno más favorable, de asentar la forma de contar una historia cautivadora dentro de un medio basado en la interactividad. Si os gustó Far Cry 3, ya podéis ir comprando los billetes a Kyrat.

 

Ahora bien, hace falta seguir adelante. No sé si hace falta un Far Cry 5, porque el comprador no sabe qué le hace falta hasta que se lo venden bien, pero sé que el equipo tiene una idea genial y tiene que mirar adelante si quiere mantener el nombre de Far Cry en el podio de los shooters diferentes. Por exigencias del guión me veo obligado a poner una nota a esta obra, y me he tenido que dar un tiempo para despejarla de coyunturas actuales, herencias y futuros. Lo que significa esa nota, en definitiva, es que tenéis que haceros con Far Cry 4, ni más ni menos.

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