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Analisis Family Guy Back to the Multiverse ,PS3,X360

Tropiezo tras tropiezo, la mudanza de Padre de Familia, nos conduce a la decepción
Viernes 14 de Diciembre de 2012 por Alvaro Ondina

¿No os pasa a veces que algo os gusta mucho y cuando lo encontráis en otro entorno os produce rechazo? Esa es un poco la sensación que nos queda con Padre de Familia. Uno se sienta en el sofá y se recrea en toda clase de protestas y excentricidades que cada personaje expulsa por su boca. Pero algo ocurre en el momento de transportarlo a la consola. ¿Cómo se mantiene una fórmula de éxito en el trasvase de la televisión a una plataforma interactiva? Es sumamente complicado, más aún si encarnamos el humor absurdo y la crítica social en un festival de tiros, original, pero tiros al fin y al cabo.

 

Como ya pudimos ver en algún que otro videojuego de los Simpsons, la ristra de guiños y bromas que nos arrancan las sonrisas día sí, día también, parece quedar desvirtuada, oculta entre guantazos y tiros. Porque, lo que es el argumento…, no podemos negar que nos deja un poco fríos. Se presenta con una idea que, gustándonos la primera vez que la vimos en televisión, no nos permite divertirnos mientras la recorremos con un mando en las manos. La sensación que va creciendo en nuestro interior mientras jugamos es la misma que nos queda cuando vemos un capítulo en el que las ideas parecen no estar demasiado trabajadas. Pues imaginad pasar las horas notando como la sonrisa con la que cogimos el juego en nuestras manos se va tornando en una mueca de desconcierto.

 

La brutalidad y crudeza de la serie se vuelve vulgar al llevarla al mando

 

Back to the Multiverse se enfrenta directamente con tres obstáculos con los que no sabe lidiar. Las escenas cinemáticas, un tanto sosas todo hay que decirlo, solo tienen como razón de existir interrumpir los monótonos niveles de un shooter que no tienen cabida hoy en día. En sí, representar una serie humorística en la que cada chiste representa una crítica a la sociedad en forma de juego de disparos, puede no ser un acierto en sí mismo. Tal vez un buen guión con su saco de ataques a defectos de la sociedad actual harían difícil jugarlo en un futuro pero sin duda, una orientación más hacia la aventura aprovecharía el éxito que ya tiene la creación de Seth MacFarlane y David Zuckerman. Nos adentramos en un género equivocado de la forma equivocada. Los tiros tienen a sus protagonistas y en este caso nos encontramos avanzando de forma rutinaria, alternando entre Brian, Stewie y sus diferentes armas.

 

Cuando nos metemos en la piel de alguno de los protagonistas, recorriendo los diferentes universos, puede resultar inevitable perder la paciencia. En algunas ocasiones, cuando debemos disparar un arma potente, como un lanza cohetes o un cóctel molotov, el sistema de apuntado es algo tosco y acabamos en llamas o con la pantalla en rojo alertándonos de una muerte próxima. Y la inteligencia artificial no ayuda demasiado a la experiencia de juego. Es frecuente encontrarnos ante una horda de enemigos que, cuando corremos hacia ellos, se quedan parados mirándonos sin más objetivo que esperar a que los disparemos.

 

Los guiños hacia los personajes que conocemos aparecen en cada universo que visitamos

 

Un problema que afecta a los hispanohablantes es que muchos de nosotros tenemos interiorizadas las voces de los personajes como asociación a su personalidad y su humor propio. Puede que sea de esos juegos en que un multilenguaje hubiera producido una mayor aceptación del título y hubiera facilitado transferir esos chistes propios de cada idioma.

 

La poca originalidad, tirando de una base ya utilizada, se pierde en un aburrido camino de tiros que no nos atrae ni por su jugabilidad. Tropiezo tras tropiezo, la mudanza de Padre de Familia, nos conduce a la decepción. Resulta difícil creer que el género haya sido seleccionado voluntariamente, con una jugabilidad y una IA torpes, acompañados por una dificultad prácticamente inexistente. Quizá sea necesario centrarse en lo que importa de la marca. Hacer reír al público mientras se le toca la conciencia generando una crítica con ese humor ácido que solo algunos saben hacer.

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