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Analisis EVE: Valkyrie ,PS4

La VR necesita más que espectáculo y sueños cumplidos.
Martes 18 de Octubre de 2016 por Víctor Junquera

Dentro de todo lo que es el vastísimo y profundo (y para muchos, desconocido) universo de EVE Online, la propuesta de EVE: Valkyrie podría hasta considerarse como algo completamente desvinculado ya que está hecho para que se disfrute de forma completamente individual, aunque seguro que los más fans encuentran todo tipo de detalles y guiños. En cualquier caso, lo que quiere venir a contar EVE: Valkyrie no es importante para quien no esté muy, muy metido en materia.

 

EVE: Valkyrie es un juego que, de no ser por la realidad virtual (obligatoria) y la idea de cumplir de una manera más o menos verosímil el sueño de muchos de surcar el espacio y sentirse un Pete 'Maverick' Mitchell espacial, pasaría completamente desapercibido. Es uno de esos títulos que no hace nada en especial para 'el videojuego convencional', pero su propuesta expone una de las sensaciones de inmersión más conseguidas de lo visto hasta ahora desde este nuevo punto de vista.

 

Sólo el despegue ya es algo emocionante. Tras él, todo el espacio ante tí es para llorar.

 

El propio juego es bastante consciente de ello y nunca intenta hacerse más complejo de la cuenta, lo que juega a la vez a su favor y en su contra. Sabe que es un fragmento diminuto de todo el universo EVE, de ahí que la campaña principal esté compuesta por una serie de misiones sueltas, sin mucho orden ni relación en la cronología en la que están dispuestas, y a pesar de los elementos en común entre cada una de las misiones (el propio grupo de pilotos de élite, los Valkyrie), cuesta estar al tanto de qué o por qué estás haciendo algo, y la sensación de alucinar con el dogfighting espacial puede con todo.

 

La campaña en realidad hace las veces de un no muy largo tutorial de cara a coger soltura para afrontar el multijugador online, donde las cosas son muy diferentes. A lo largo de la campaña, salvo en un par de misiones específicas, no hay mucho más que hacer que empezar la misión y disfrutar volando, pero permaneciendo junto al grupo, a la espera de la correspondiente emboscada, cuando toca abatir a todas las naves enemigas que nos aparezcan mientras completamos diversos objetivos, y esas naves enemigas no suponen mucho desafío, aguantan poquitos impactos y no se mueven lo suficientemente rápido como para escapar a una buena salva de misiles.

 

La sensación de inmersión es increíble, eres parte de los Valkyrie.

 

Cuando toca combatir online, de repente entran en juego las diferentes clases de naves, el juego en equipo, la personalización y, sobre todo, una resistencia a los golpes mucho mayor que en la campaña. El modo para un jugador peca de ser excesivamente fácil en pos de hacer una experiencia bien agradecida, ya que muchas veces acabamos la misión muriendo (los clones están a la orden del día en este universo), al menos morimos matando. Por el contrario, el modo multijugador peca de ser, de repente, demasiado poco agradecido, un modo en el que se mata y se muere muy poco en comparación a lo que se podría esperar viniendo de la campaña, y es que es relativamente fácil escapar de una ráfaga enemiga, pero a la vez es difícil atinar a enemigos que se mueven tanto como tú, y muchas batallas aéreas acaban siendo ejercicios de dar vueltas y vueltas en redondo buscando a algún rival que está haciendo exactamente lo mismo, intentar escapar a la vez que intenta cazar.

 

El mejor modo multijugador en realidad es el asalto al carguero, un modo en el que la cooperación importa más que en ninguno, y hay que atacar en dos fases, una contra los generadores de escudo del carguero y otra directamente contra la gran nave, por supuesto, tratando de evitar que el rival haga lo mismo con nuestros puntos débiles, pero aún así, todo el multijugador está empañado de un gran problema: tiene la estructura y economía de un free-to-play.

 

Cada misión comienza con un ratito de tranquilidad, para dar tiempo a la contemplación del espacio. Luego toca perseguir objetivos.

 

La progresión del personaje es demasiado lenta, las recompensas por las batallas son demasiado escasas y los desbloqueables como nuevas naves o elementos de personalización son demasiado caros, con lo que puede pasar mucho, mucho tiempo hasta encontrar la nave con la que jugar realmente cómodo, y es mucho, mucho tiempo en un online que no deja de ser un tanto monótono, y que, por muy impresionante que parezca, pierde en intensidad a cada partida al ir desapareciendo ese efecto sorpresa.

 

EVE: Valkyrie es un juego espectacular, de eso no cabe duda. Es uno de los mejor rematados del lanzamiento de PlayStation VR a nivel técnico, no es de los que marean al proponer un movimiento más o menos constante y una buena cabina de por medio, y la impresión de estar batallando en el espacio es oro puro, pero en el fondo es un juego que no tiene nada más de especial que esa propia sensación. Es algo que no se puede recrear de semejante forma fuera de la realidad virtual, pero entre desequilibrios y carencias, como juego no da para mucho más que para el espectáculo.

6
/ 10

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