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Analisis Epic Mickey Mundo Misterioso ,3DS

Escape Dead Island es uno de los peores juego del año: sin ideas, lleno de tópicos, que copia ideas ajenas, que aburre y en el que no pasa absolutamente nada de nada.
Martes 18 de Noviembre de 2014 por Bruno Louviers

Power of Illusion, con su dudosa traducción a Mundo Misterioso, se ha convertido en uno de los bocados más agridulces que he dado en los últimos meses a un videojuego. El producto de DreamRift tiene toques de auténtico genio, de pura nostalgia dirigida por un tipo de "veintimuchos" o "treintaypocos" que mamó mucho de la Sega que firmó algunos de los mejores videojuegos que han tenido que ver con Disney en toda su historia dentro del ocio electrónico; el contrapunto es una ejecución inexplicable con funciones táctiles desfasadas y anacrónicas. Esa lápida responde a una especie de viaje al año 2006 en pleno frenesí de desarrolladores que no sabían qué diablos hacer con la dichosa pantallita táctil. A Epic Mickey: Mundo Misterioso le sobra táctil y le falta más plataformas como las del último cuarto de juego para llegar a ser algo digno del nombre de ese inmortal de los 8 y 16 bits.

 

Tras jugarlo y haber visto detalles que a cualquier fan de Castle, Land, World of Illusion y algún que otro mítico de la ludoteca de Disney principios de los noventa erizaría el cabello (no creo que a nadie se le haya escapado el guiño al DuckTales de Capcom con el sello del Tío Gilito o el sprite de Simba, ¿verdad?) me duele escribir cada mala palabra de él, pero a sus buenas ideas hay que sumar otras tantas malas ejecuciones que enturbian de forma grave el resultado final. El primero de ellos es la duración, que en su primera vuelta no llega a las cinco horas para pasar tres mundos con buenas intenciones pero poco inspirados en su práctica. La mecánica de rellenar el castillo de personajes de Disney es más curiosa que interesante, pero no sacia el hambre de los jugadores tras acabar el juego: quizás interese más para mejorar las habilidades de Mickey que del propio interés que puedan tener los chanchullos entre el Pato Donald y el síndrome de Diógenes de Ariel.

 

La premisa y la puesta en escena es tan estupenda que cuesta de creer lo simple que resulta a los mandos del juego

 

La mecánica del juego es la que ya conocíamos de Castle of Illusion, es decir, salto y culetazo. A la fórmula añade el pincel de la serie Epic Mickey para pintar y borrar lo que necesitemos y lo que nos deje del escenario. Además, podrás usar ambas habilidades como ataque a distancia, circunstancia que ayudará a poner las cosas algo más fáciles todavía. De hecho, los dos primeros mundos son excesivamente sencillos y hacen un uso bastante reiterativo de las habilidades del pincel; el tercero, en cambio, pone las cosas algo más interesantes y no abusa de esas habilidades de la pantalla inferior. Cuando parece que le estás cogiendo el gusto te encuentras en pleno combate contra Mizrabel / Maléfica y viendo el ending del juego. Lo único que te quedará es buscar los distintos encargos que te hacen los personajes Disney que han ocupado el Castillo de la Ilusión tras ser rescatados por el jugador.

 

Una vez acabado el juego habrás luchado con tres enemigos: Maléfica, Jaffar y el Capitán Garfio, nadie más. Los únicos mundos que visitas son Agrabah, Nunca Jamás / Londres, Atlantida y los dominios del Príncipe Eric de La Sirenita. La representación de protagonistas, eso sí, es sumamente amplia: pasando por clásicos como Pinocho, Cenicienta o La Bella Durmiente, pasando por películas más contemporáneas como La Bella y la Bestia, El Rey León, Mulán, Tiana y el Sapo o la más reciente Enredados. Con esos ingredientes uno no llega a entender cómo han podido pasar con tan poca cosa en el juego de verdad... siendo un producto claramente separado del Epic Mickey de sobremesa y con todo el revuelo que estaba generando Power of Illusion, ¿no habría valido la pena dejarlo reposar y añadir dos o tres mundos más aprovechando alguno de esos protagonistas?

 

Estupendas ideas y arte Disney cautivador: en la práctica no sirve para mucho más de lo que se ve en la imagen

 

El título tiene cosas tan brillantes que me apena pensar en lo poco satisfactorio que me ha resultado ponerme a sus mandos. El apartado musical, por ejemplo, tiene unos cuantos homenajes al clásico que no podrás pasar por alto si conociste a los juegos de principios de los noventa; algunos enemigos como Jaffar son representaciones exactas de lo que habríamos deseado en el clásico juego de Mega Drive; sus bellos gráficos, sus ilustraciones, el mimo y esmero por dibujar algunas habitaciones de los personajes o el trato en algunas de las pocas pantallas que podemos jugar... un puñado de buenísimas intenciones que no acaban de cuajar en lo que tenía dentro de mi cabeza como un nuevo Illusion.

 

Al final nos encontramos con un juego corto que dibujará sonrisas en la cara de muchos jugadores creciditos pero que no borrará de nuestra cara la impotencia de pensar en lo que podría haber sido el presente cartucho y lo que resulta ser al final. Se le ve sobrado de ideas, pero a la hora de ponerlas en práctica se queda con las más pobres y acaba apartando las interesantes. A mí, uno de esos chavales que rompió el mando de Master System y Mega Drive jugando a los Illusion originales, me ha acabado decepcionando de forma dolorosa: podría haber sido algo sencillamente maravilloso, pero se ha quedado en un producto poco más que suficiente. Una lástima.

 

Los encuentros son meras conversaciones entre Mickey y los rescatados sin mucho interés. En el castillo empiezan los chanchullos entre ellos, siendo el protagonista el mediador

5.5

/ 10


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