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Analisis Epic Mickey 2 El Retorno De Dos Héroes ,PSVITA

Una aventura no muy bien estructurada que aleja a Epic Mickey del plataformas que debería ser.
Domingo 25 de Noviembre de 2012 por Víctor Junquera

Algo no está bien en el Páramo y no es precisamente la frecuencia de temblores que hacen que cada estructura se tambalee. Podemos recordar un Epic Mickey para Wii que, avalado por Warren Spector, resultó ser una aventura de plataformas con mecánicas nuevas que nos atrapaba con una jugabilidad fresca y original. Armados con un pincel decidíamos cómo jugar. Borra o pinta, la elección era toda nuestra hasta llegar al final del juego.

 

Y llegó su segunda entrega que, en compañía del conejo Oswald, nos trata de dar una experiencia nueva dentro de este universo de fantasía. Y ese es quid de la cuestión, que trata de hacerlo pero nos quedamos perdidos entre pinturas y disolventes. Como ya os contó Victor Junquera en su análisis del juego para el resto de plataformas, Blitz Games trata de ampliar la toma de decisiones durante el juego y las posibilidades que ofrece al ampliar las opciones. Es cierto que esta segunda parte es más grande. No tanto en localizaciones como en objetos por encontrar y misiones secundarias que cada personaje con el que nos crucemos nos ofrecerá. Pero el título no nos alienta a realizarlas, a emprender las búsquedas de los objetos y fotografías que nos solicitan.

 

Parte del problema que encontramos en El retorno de dos héroes es que, a pesar de tener una gran cantidad de cosas que hacer, no tenemos algo que nos empuje a hacerlas. Y es que, tras recoger el relevo de cada misión, nos quedamos mirando el escenario y el menú, buscando algún indicativo de lo que nos es necesario. Y no es solo el hecho de quedar vendidos sin saber adónde ir, sino que el objetivo de la misión no suele ser demasiado sustancioso. Algo de metal, una foto por allá, pero no tenemos la sensación de  estar consiguiendo un objetivo real.

 

Durante el juego vamos disparando con el pincel más por probar que por necesidad del juego

 

Y mientras recorremos el Páramo nos vamos dando cuenta de que, sabiendo que toda acción se basa en pintar o borrar, vamos dando tumbos apuntando con el pincel a cada recoveco que encontramos a nuestro paso. Si la base del juego, según el señor Spector, era la decisión de volver a pintar el mundo o borrarlo, no sentimos ese peso que se pretendía y acabamos probando al azar. Si logramos pasar el obstáculo, nos vale. Esto dista mucho de la primera parte.

 

Al entrar en Epic Mickey 2 encontramos una diferencia de peso con su predecesor, el aspecto cooperativo. Sí o sí tendremos que ir acompañados de Oswald para resolver según qué situaciones y eso, que podría dar frescura al juego, solo lo consigue si jugamos con alguien. Cuando nos adentramos solos en la aventura, nuestro compañero el conejo manejado por la IA, llega a ser frustrante. Se rige por unas acciones automáticas que en más de una ocasión nos entorpecerán el avance. Por otra parte, salvo un par de excepciones, no podemos influir en este personaje. Esta libertad que muestra Oswald, mezclada con una Inteligencia Artificial algo torpe, hacen que muchas veces acabemos muertos. Él tiene un objetivo a veces, por ejemplo activar una palanca, pero en los momentos en que nos vemos rodeados de enemigos puede no ser lo que más nos convenga.

 

El momento en que podemos viajar de una zona a otra a través de los proyectores llegan a nosotros unos niveles que nos devuelven a esos juegos de plataformas más clásicos. Parte del encanto de estos interludios reside en que son un puzle en sí mismos. Podremos elegir el camino hasta llegar al final teniendo en cuenta que, si elegimos bien, podremos conseguir más dinero.

 

Las secuencias en que nos movemos por plataformas 2,5D resultan atractivas a la vista y al manejo

 

A pesar de que esta segunda parte pierde tensión y oscuridad, no nos lleva tampoco al típico entorno Disney lleno de color y alegría. El mayor intento de la entrega de introducir ese ambiente desenfadado son las canciones del Doctor Loco y no son un aporte demasiado acertado.

 

No todo son pegas hacia este título. Algo que resulta curioso y que sí diferencia la versión de PS Vita del resto, son los controles. Da gusto cuando llegan, a la portátil de Sony, juegos que aprovechan sus opciones de jugabilidad e interacción. Durante la aventura se nos invita a utilizar las pantallas táctiles delantera y trasera, el giroscopio y el uso del segundo stick para dirigir el pincel es francamente cómodo. Así que sí, el punto fuerte de Epic Mickey 2 en PS Vita es el control.

 

Interactuar con Oswald es todo un experimento por las limitaciones que esto presenta y por sus fallos de IA

 

Por desgracia Epic Mickey 2: El retorno de dos héroes se tambalea en nuestras manos al ceder a la ambición de ofrecer un juego más amplio y con más opciones, perdiendo de vista la historia. Siendo cómodo y aprovechando las posibilidades de la consola, no tenemos esa inercia a continuar y desbloquear nuevas cosas, a realizar misiones secundarias y dejar fluir nuestro perfil más completista. Y muy determinante resulta la necesidad de jugar con alguien para no dejar a Oswald libre y descontrolado. Es increíble que necesitemos jugar en cooperativo más por controlar al conejo que por apetecernos compartir la aventura. Si bien el primer título de Mickey que nos ofreció Warren Spector tuvo una gran aceptación y, a pesar de algunos fallos en la jugabilidad, nos pareció lleno de originalidad y buenas ideas, su segunda parte no termina de afianzar ninguna de ellas dejándonos un título más grande y con mucho por hacer pero sin el atractivo suficiente que nos empuje a ello.

6.5

/ 10


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