1. Mundogamers
  2. Analisis
  3. PS4

Analisis Dragon Quest Builders 2 ,PS4

Cómo Ser feliz construyendo
Jueves 11 de Julio de 2019 por Adrián Suárez Mouriño

Dragon Quest Builders 2 coge el original y lo hace mucho, mucho mejor. La historia está mucho mejor llevada y es más interesante, hay más que hacer y que construir, los personajes que nos encontramos reaccionan mejor, se comportan mejor y son mucho más carismáticos. Se ha arreglado el mundo de juego para que todo esté conectado y tenga continuidad. Es largo y acentúa el acertado tono del original: hacer felices a las personas a través de la construcción.

 

Los únicos problemas que tiene Dragon Quest Builders 2 es que le patinan un poco los frames en PS4, mucho en Nintendo Switch, la cámara sigue siendo un desastre y es muy fácil fallar al ordenarle a nuestro muñeco donde poner algo, teniendo que destruirlo y volverlo a construir. A muchos, su propuesta de juego de desarrollo lento y progresión tranquila les pondrá nerviosos. También es cierto que hay un profundo reciclaje de elementos gráficos del original, pero eso ha permitido añadir muchas mejoras en sus sistemas. Para mí, este es el juego del verano y una acertadísima manera de hacer una secuela.

 

 

Dragon Quest Builders 2 arregla y perfecciona el original. Malroth y su mundo son un acierto

 

Somos, de nuevo, un constructor. Un tipo con la mágica habilidad de crear edificios, trastos y hasta naturaleza con un martillo y un banco de trabajo. También podemos inspirar a otros. Con esa habilidad, aparecemos en la Isla del Despertar, algo así como un HUB. Desde ella, viajaremos a otras islas, reclutaremos nuevos amigos, aprenderemos nuevas recetas de construcción, ayudaremos a pueblos y ciudades, lucharemos contra criaturas monstruosas y regresaremos a nuestra base con nuevos obreros e ingenieros para seguir construyendo y construyendo.

 

Esta vez no viajaremos solos. Nos acompaña un adorable personaje llamado Malroth. Si nosotros somos unos cracks construyendo, él lo es destruyendo. Entre nosotros y él se dispensa una relación similar a la de Vegeta y Goku en Dragon Ball Super: dos amigos muy distintos que se necesitan y se dan apoyo, con un Malroth que siempre aspira a ser mejor que nuestro avatar. Nos acompaña siempre, es un compañero perfecto, lo amarás, y su presencia persistente hace que la trama general del juego gane peso, pues su pasado y nuestra amistad es la clave de todo.

 

Lo mejor es que la historia quiere ser siempre costumbrista, de personajes, de amigos que se encuentran y que se separan. Es una trama ligerísima pero perfecta. Es un relato de aldeas, de sus habitantes dándose ánimos, queriendo ser amigos y superando los problemas de la vida. Es imposible no adorar a todo aquel que te encuentras y no desear ayudarlo con todas tus fuerzas, hacerles casas perfectas, pasos, baños públicos (sí, amigos, en Dragon Quest Builders 2 se puede cagar), castillos, sistemas de regadío…

 

La vinculación que Dragon Quest Builders 2 logra entre nuestro avatar y los PNJ es maravillosa

 

Sobre esto, es sensacional cómo el videojuego te exige cosas. No penaliza demasiado el mal urbanismo o el imperfecto diálogo entre inmuebles, sí te obliga a cuidar los interiores en función de lo que te pidan los aldeanos. En el exterior de las casas, también hay que realizar intervenciones que el juego también premia, pero lo estupendo es que querrás generar buenos tránsitos en las ciudades, decorarlos y ordenarlos todo bien porque los personajes, Malroth, y el propio desarrollo de la trama, consigue que te dé mucho gustito cuando a ellos los haces felices.

 

Esto es lo mejor del juego, cómo la narración, la escritura de sus personajes y las tareas a hacer se hermanan para que quieras hacer las cosas bien. Es por ello por lo que jugar a Dragon Quest Builders 2 es tan placentero, por lo que sigues y sigues construyendo incluso aunque los sistemas del título no te den puntos de satisfacción o de experiencia. Esta sensación ya se intuía en el primero, pero aquí crece y crece. Toda la secuela se ha optimizado para que sea más evidente y gratificante.

 

Con un mundo mucho mejor formado, otra de las grandes virtudes es todo lo que te premite crear y construir, el buen ritmo que tiene para darte recetas nuevas, que podamos ordenar a obreros a que trabajen por nosotros y tener una base central incluida en la trama del título a la que llevar e implementar todo lo que aprendemos en las islas que la rodean. Siempre hay algo más que hacer, algo nuevo que construir; y lo más interesante: a nosotros se nos ocurren nuevas formas de combinar las recetas.

 

 

El ritmo al que aprendemos a hacer cosas nuevas es uno de los fuertes de Dragon Quest Builders 2

 

Hay una estupenda optimización de los PNJ. Inspirados por nosotros, ahora tienen más necesidades pero también nos dan más. Parece una estupidez, pero como tienen hambre y necesitan cagar, se les acaba comprendiendo como más humanos que nunca; también por lo que lo que nos cuentan, demandan y nos piden hacer, nos importa más.

 

Por resumir, lo que hace Dragon Quest Builders 2 es crear un loop de juego sensacional: llegamos a un pueblo nuevo, Malroth hace un chiste, un aldeano nos explica sus problemas, le ayudamos, eso nos obliga a ir contra un monstruo a conseguir un material, al hacerlo recibimos más info del lore de la nueva isla, regresamos al pueblo, construimos, somos felices, obtenemos nuevas recetas, nuevos aliados, volvemos a nuestra isla, construimos cosas nuevas. Y somos más felices.

 

Lo cierto es que, superficialmente, el original y su secuela pueden parecer calcos, porque sus mejoras están en todo lo que no se ve en una foto ni tampoco en un vídeo de youtube. Dragon Quest Builders 2 logra que te impliques más que nunca en los problemas de la gente. Es alucinante.

 

Aviso: Dragon Quest Builders 2 es un videojuego de desarrollo tranquilo y lento, esto no es un Dragon Quest al uso ni Minecraft

 

Además de esto, de una mejor estructura de mundo, de muchísimas más recetas, de aldeanos con más posibilidades de acción, de una mejor historia, hay mejoras en el combate. Malroth pega duro, lo que nos sirve para hacer estrategias de señuelo. Las hordas que nos asaltan y los combates finales contra bosses están mucho más inspirados, y aunque siga teniendo mecánicas y dinámicas demasiado sencillitas, consigue servir como complemento perfecto para lo importante: construir.

 

En definitiva, creo que queda claro que Dragon Quest Builders 2 me ha encantado, y eso que los juegos en los que hay que construir me aburren. Pero aquí hay una meta: hay que ayudar, y cuando lo hacemos ellos nos ayudan a nosotros. Os recomiendo mucho el juego pero también os advierto que el rendimiento jugando en portátil en Switch es muy mejorable, también que esto no es un JRPG, es un juego de desarrollo lento y tranquilo, de disfrutar despacio, a sorbitos y con tiempo. Pero para eso está el verano, ¿verdad?

9

/ 10


<< Anterior Siguiente >>