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Analisis Dragon Ball Fusions ,3DS

Un desenfadado y divertido desmadre.
Lunes 13 de Febrero de 2017 por Adrián Suárez Mouriño

Dragon Ball Fusions no quiere revolucionar géneros ni reinventar el concepto de JRPG, solo divertir llevando al absurdo las reglas de la saga de Toriyama; una meta que alcanza, por cierto. La nueva iteración de la franquicia es un entretenido y desenfadado juego de rol perfecto para Nintendo 3DS. Tiene un planteamiento aún más alocado que el de Xenoverse, un combate con potencial y la divertida posibilidad de hacer extrañas uniones entre personajes muy queridos.

 

Se nota que Dragon Ball Fusions tiene claro su objetivo de entretener volviendo ridículo a Dragon Ball, haciéndonos pelear contra un ejército de Células, batallando contra el rey de los Saibamans, aliando a héroes y villanos en equipos de cinco y fusionando a personajes ya fusionados para construir al guerrero perfecto. Todo eso está en el germen da la historia que nos cuenta, y también define la estrategia para pelear contra nuestros enemigos. Por desgracia, una de sus pretensiones no es ser un juego que suponga un desafío. Dragon Ball Fusions es fácil, uno que tras seis horas se hace un tanto repetitivo y con un combate por turnos en el que acabaréis haciendo lo mismo una y otra vez. Por fortuna, sus voces en japonés, lo cariñosamente irrespetuoso que es con la marca, su trama tan adecuadamente sencilla y el puntito de estrategia de sus luchas por turnos te harán jugarlo hasta el final.

 

Dragon Ball Fusions cuenta con buenas ideas en su planteamiento y en su combate

 

Dos amigos consiguen reunir las siete bolas y le piden al dragón que organice por ellos el torneo definitivo, uno que reúna a los guerreros más fuertes de todos los tiempos, y lo hace. Shenron no se limita a llevar al mismo sitio a los luchadores más potentes, sino que mezcla las eras, los universos y las dimensiones en una serie de mundos flotantes que vamos explorando uno a uno. Entramos en el primero, reunimos la energía necesaria, abrimos un portal al siguiente y seguimos avanzando.

 

Dragon Ball Fusions se divide en cuatro secciones fundamentales: exploración, combate, gestión de nuestro equipo de combatientes y conversación. La primera de las cuatro se resuelve volando. Cada uno de los espacios se compone de continentes flotantes con retazos de escenarios que conocemos: trozos del futuro distópico de Trunks, de Namek o de la Capsule Corp; apretados todos en fragmentos que recorremos. En ellos encontraremos misiones que realizar, conversaciones, ciudades en la que entrar y avanzar en la trama, pero sobre todo peleas.

 

Los combates son el núcleo del juego y aciertan en su propuesta por mezclar estrategia y turnos. La posición en el ring es fundamental, pues cada golpe te empuja hacia atrás. Las peleas de Dragon Ball Fusions son algo así como un combate de sumo de cinco contra cinco. En lugar de sumotoris controlamos a los personajes de la serie, y en vez de agarrarnos y empujarnos ejecutamos kames, ráfagas de energía y ataques especiales. Cada golpe arroja al rival una distancia hacia atrás, lo que nos permite hacer carambolas si choca contra el cuerpo de otro enemigo, continuándola con el resto de los combatientes y acabar echándole del ring. Antes de dar nuestro golpe se produce un sencillo minijuego en el que nuestro rival se cubre eligiendo un lado y nosotros atacamos haciendo lo mismo. Si adivina nuestras intenciones, y nos bloquea, nuestro impacto quedará en nada pero si le damos por la espalda le haremos más daño. La gracia de esto es que para defender y embestir hay que tener en cuenta el límite del ring, si quieres que choque contra un aliado tuyo o contra uno de ellos, también dónde quieres que acabe colocado en el escenario para ejecutar un ataque múltiple que los hiera a todos a la vez.

 

Las peleas tienen un componente estratégico que les otorga profundidad

 

Y es que en Dragon Ball Fusions no solo están las fusiones locas entre dos individuos cualquiera que nos enseña Goku. Casi desde el principio del juego podremos fusionar a todo el equipo en uno; sí, una fusión de cinco que ataca solo en un área determinada. También hay muchos guerreros que lanzan su energía solo en una dirección, otros en un área concreta; vamos, que resulta fundamental saber dónde está tu enemigo. Pero aunque la base es buena y divertida, aunque el juego es sabio y entrega a buen ritmo nuevas variaciones a estas batallas, y aunque los rings cambien y las opciones jugables cada vez sean más alocadas resulta que Dragon Ball Fusions es fácil. Acabarás repitiendo siempre la misma estrategia una y otra vez. De todos modos, se nota que el videojuego es consciente de que lo es porque nos encontraremos muchas misiones secundarias que lo enriquecen. Estas nos obligarán a matar a todos los rivales a la vez, a acabar con alguno al final con un ataque zenkai para reclutarlo, liquidar solo a uno o a varios de una manera determinada... Estos desafíos son los mejores, porque le sacan toda la chicha a estas peleas, además, cuenta con modo online y es ahí dónde ese minijuego de atacar y bloquear y la decisión de qué luchadores ponemos en nuestro equipo resulta fundamental.

 

En nuestra base de operaciones podremos fusionar a dos guerreros que tengan afinidad y cumplan con una serie de requisitos. Al hacerlo heredarán sus ataques especiales y también su naturaleza. Los guerreros de Dragon Ball Fusions son como los de Fire Emblem o como cualquier juego de estrategia: hay tres tipos de combatientes y uno hace más daño a otro pero es débil contra el tercero. Poder crear a nuestros guerreros fusionándolos, ajustar nuestras magias, y también la totalidad de nuestro equipo hasta tener una estrategia propia. Todas estas son herramientas capaces de darnos buenos momentos competitivos. Aún así, en el modo campaña acabaremos repitiendo las mismas secuencias de ataque una y otra vez, y tampoco ayuda que la ejecución de los hechizos sean tan larga. La navegación por menús también es torpe, así que paciencia.

 

Dragon Ball Fusions ofrece cosas nuevas que hacer de manera constante pero su base jugable se acaba haciendo un tanto repetitiva

 

Cuando ganemos un combate conseguiremos energía de un determinado color, y necesitamos acumular mucha tanto para las fusiones, acceder a distintas zonas y pasar al siguiente universo. A medida que jugamos se nos hace más fácil obtenerla, pero hacerlo nos obliga a tener que realizar algún que otro combate que no nos apetece, porque tras varias horas jugadas se nos antojan demasiado largos. En lo técnico, Dragon Ball Fusions es correcto, añade mucho contenido de Dragon Ball Super y las voces están en japonés pasadas por un adorable filtro chibi. Los espacios que exploramos volando están bien recreados, aunque nos costará acostumbrarnos al control y se repiten en su estructura. También nos hubiera gustado que la morfología de los rings cambiara más pero, como decimos, el videojuego no pretende profundizar más que hasta un determinado punto en su propuesta.

 

En conclusión, Dragon Ball Fusions es un juego entretenido con buenas ideas, con unas peleas que hacen de las fusiones más idiotas las más útiles y con un argumento que os hará reír. Lo de fusionar a distintos personajes está bien llevado tanto en lo jugable como en su historia. Una lástima que sea un título tan fácil, que se haga repetitivo y no ofrezca más variedad; pero a todos a los que el juego os llamó la atención al ver vídeos o conocer su propuesta os dará justo lo que esperabais e incluso un poco más. Dragon Ball Fusions es un agradable JRPG basado en el universo de Dragon Ball que lo desmonta riéndose de él y contigo, y eso lo hace de manera notable.

7
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