Analisis Deception IV Blood Ties ,PS3

Deception IV es un juego arriesgado, sin ninguna duda. Es de ese tipo de juegos que casi tenemos que agradecer que traigan directamente desde Japón, y que en el camino no se molestan ni en doblar y a duras penas le ponen todos los textos en inglés, pero que hace que una colección de rarezas merezca la pena. Deception IV es justo eso, una rareza, un juego que se aleja de todo lo común, que incluso es difícil describir con un sólo género, pero que a pesar de todo tiene un encanto único, con sus más y sus menos que dependen en gran parte del gusto personal por lo muy japonés.

No somos un héroe ni hacemos el bien, ni siquiera nos plantean hacer algo común. Deception IV: Blood Ties nos pone en la piel de Laegrinna, la hija del Diablo que busca los fragmentos necesarios para resucitar a su padre, y para ello sólo hay que acabar con pobres caballeros, magos y cazadores de recompensas que intentan hacer el bien, pero no con armas, sino con trampas a colocar por el escenario, trampas que colocar con estrategia para formar combos con sus efectos, teniendo en cuenta las debilidades de cada rival y ciertos objetivos que queramos cumplir, ya que cada combo se puntuará en función de elaboración, sadismo y humillación. Aunque nada mejor para explicar cómo es Deception IV que un vídeo.

La idea es de lo más original que podemos ver en el panorama actual del videojuego, no hay nada igual. No es un RPG, ni una aventura, ni un juego de estrategia, sino todo a la vez con un envoltorio único, y llama realmente la atención ver que no es un estrategia en tiempo real normal, sino que lo ideal es llegar a pensar en modos de acabar con los enemigos de la mejor forma posible, en un sólo combo letal. La forma más puntuada, la más sádica o la más original, pero sea como sea, parte de la gracia de Deception IV está en que todas estas combinaciones de trampas pueden ser guardadas y compartidas online. Ver vídeos de trampas ajenas puede ser un buen ejercicio de diversión e inspiración para crear tus propias trampas, y con ello, retar a amigos a superar tu puntuación. Es un componente social un tanto peculiar, pero funciona, y una vez terminada la corta historia y abiertos todos los escenarios sólo queda seguir acumulando puntos para comprar nuevas trampas y seguir explotando posibilidades.

Y la verdad, hay que decir que aquí la estética es lo de menos. Deception IV es un juego 100% japonés, tanto en planteamiento retorcido como en diseño, y mientras que lo primero puede ser un aliciente para quien busque algo diferente, el diseño del juego es algo que, aunque parezca mentira, echa para atrás a muchos que no tienen por qué ser necesariamente japanófobos, pero... Clichés y escotes exagerados, ya sabéis. Quienes sepan ver más allá de algo que en este caso es lo menos importante del juego, se encontrarán con algo realmente original y bien ejecutado.

Quizá el mayor problema de Deception IV sea la limitación de la propia cuadrícula sobre la que planeamos las trampas y la no-tan-amplia-como-parece variedad de éstas. Una vez que vemos que hay pocos efectos diferentes sobre las víctimas y que éstos se repiten aunque cambiando el tipo de puntuación (una vasija sobre la cabeza de la víctima tiene el mismo efecto cegador que una calabaza de Halloween, sólo que una puntúa elaboración y otra humillación), el efecto de jugar por querer descubrir todas las trampas se sustituye por el intento de completar objetivos (puntos extra por utilizar ciertas trampas o determinados combos) que de una forma u otra te instan a planear trampas de una forma algo más premeditada. Hay posibilidades casi infinitas, sí, pero en el fondo no varían tanto como podría parecer de primeras.

Con todo, Deception IV: Blood Ties es toda una sorpresa que llega casi buscando mantener su estatus de saga casi desconocida en occidente. De tres entregas anteriores originales de PSOne sólo dos llegaron a Europa, y no son los juegos más recordados de su momento, y todo apunta a que Deception IV correrá la misma suerte. No llega en las mejores condiciones (japonés-inglés), pero su original propuesta merece que, al menos, sea un juego a tener en cuenta dentro de todo catálogo de rarezas exclusivas.

(Versión analizada: PlayStation 3)