1. Mundogamers
  2. Analisis
  3. PS3

Analisis Datura ,PS3

Divertido y espectacular, pero repleto de un potencial desperdiciado.
Jueves 25 de Abril de 2019 por Álex Pareja

Seguro que en Plastic soñaban con que la reacción de público y crítica ante su nueva obra fuese algo similar a un emoticono con la boca muy abierta por sorpresa, e incluso con los ojos ligeramente humedecidos, pero la realidad es, que levante la mano quien no haya tenido una sensación constante de “no sé qué estoy haciendo” que dura hasta el final de este corto-juego experimental, una sensación aderezada con saber que has perdido algo más de una hora y media de tu vida, y ocho valiosos euros. Buscamos a quien se haya quedado satisfecho con Datura, y queremos que nos explique por qué.

 

Nos adentramos en un bosque tras un shock cardíaco... ¿Es el limbo?

 

Esta divergencia tan clara de los videojuegos hacia el mundo del cine hace que de cuando en cuando salga alguien que quiere hacer algo más que un mero entretenimiento palomitero. Hay quien lo hace bien, y hay quien no, como en el cine. No estamos hablando de la polémica que generan siempre algunos, con Datura no han querido jugar a ser el Lars von Trier de los videojuegos, no pretenden transgredir hasta tal punto, pero sí que han fracasado irremediablemente en su intento de ser los David Lynch de lo interactivo.

 

Y no fallan sólo porque el control con PlayStation Move sea impreciso. Diríamos que falla más que una escopeta de feria, pero de hecho lo comprobaremos con la escopeta de feria del propio juego, que no sabemos si falla intencionadamente o no. En realidad, no sabemos nada de todo lo que pasa, pero en una situación en la que el jugador se involucra cero y no consigue meterse en el papel, hacer vaga y exageradamente movimientos con el mando que queremos que haga una mano flotante con articulaciones de goma en los dedos no es lo que más nos apetezca, menos aún, si la respuesta es fallida. La opción de jugar con el mando tradicional da un poco más de precisión, un poco más de agilidad, pero menos interacción, así que resulta igualmente fallida.

 

Un viaje astral, una sobredosis, una reacción alérgica... Podría ser cualquier cosa

 

Y así, pasamos de una camilla en una ambulancia a un limbo boscoso poblado de insectos, en el que, mediante la exploración y la resolución de una decena de puzles bien sencillos, llegamos a lo que creemos que son flashbacks de la vida del sujeto de la mano flotante, en los que podemos decicir cómo ha sido su vida, si ha ido por la senda del bien o por la del mal, si ha sido egoísta o altruista, si avaricioso o generoso... Y quizá la única gracia para volver a pasar por el sopor dos veces es la de ver los ligeros cambios que se pueden observar al final, en una sala de espera en la que se nos resumen las acciones de nuestra vida, para terminar mirándonos en un espejo, momento en el que el PS Eye sacará una foto y el jugador exclame: “¡Oh Dios mío! ¡¡¡Ese soy yo!!!”

No os hemos reventado el final, tranquilos, pero poco más podéis esperar de este happening videojueguil lento, que parece querer imponer misterio y épica en nosotros a través de un único tema de banda sonora que se repite constantemente, subiendo de volumen a lo loco cuando nos encontramos cerca de un nuevo misterio de este bosque.

 

Puertas misteriosas que llevan a nada, resolvemos el puzle y volvemos al principio...

 

No hace mucho que alabábamos a juegos por su originalidad o por sus propuestas arriesgadas, y también lo hacíamos por causarnos sensaciones como la de estar perdido en un lugar del que no conocemos nada y todo lo que podemos hacer es explorar con cautela. Los alabábamos porque eran buenas propuestas bien llevadas a cabo, con una gran resolución, con una progresión de un personaje con el que nos podíamos implicar un mínimo. Todo eso en Datura no existe. Pretende existir, pero no lo consigue.

 

Acariciar árboles lascivamente para dibujar un mapa en una libreta. Muy raro

 

Y es que como los artistas que se creen estos desarrolladores, pretenden que el público juzgue su obra con un punto de vista que no tienen. Como un pintor surrealista del que hay que conocer su vida, sus desventuras y su coyuntura en el momento en que creó una magnánima obra compuesta por tres borrones de colores. Ni siquiera en este caso, desde el punto de vista de la crítica, de haberse empapado de entrevistas y declaraciones de Plastic sobre este Datura, tenemos claro de qué va este “juego”, y por mucho que pretendan explicarlo a posteriori, no van a hacer que se nos quite la sensación de haber malgastado dos horas acariciando árboles.

3.5

/ 10


<< Anterior Siguiente >>