Analisis Dark Souls Prepare to die edition ,PC

Nos van a perdonar el largo tiempo que nos hemos tomado en analizar esta incursión en el PC de Dark Souls, pero como buenos aficionados a la obra de From Software, y dado que el contenido de la Prepare to Die Edition requiere de volver a empezar y prácticamente acabar el juego, pues nos hemos echado más de cincuenta horas a la espalda de dolor y muertes, hasta acabar de nuevo lo que aquí consideramos el último bastión del juego serio. Ese que respeta tanto al jugador como a sus orígenes y le coloca en un mundo empírico de habilidad y sufrimiento.

El único excedente que nos vamos a permitir, que no está directamente relacionado con su versión en PC, es que en esta segunda vuelta Dark Souls nos ha resultado un juego mucho menos difícil. Como no nos cansamos de repetir, sus mecánicas se basan en la experiencia, y una vez que empiezas de nuevo sabiendo lo que tienes que hacer, el resultado son jefes que llegas a matar a la primera sin ningún problema, poca pérdida de humanidad y de almas y un montón de tiempo ahorrado en no ir despacio protegido con tu escudo en cada esquina. Esto no es para nada una crítica, es una forma de jugar nueva que prácticamente todo el mundo descubre con la Nueva Partida+, dedicada a mejorar aún más tus armas y armaduras o tomar un rol diferente al de tu partida anterior (mago, melee, milagors, piromancia).

Ahora sí, el contenido de Dark Souls es interesante y casa perfectamente con el siniestro mundo de Lordran, aunque su mayoría suceda en un viaje al pasado a la otrora gran ciudad de Oolacile, que cayó ante el Abismo. Aunque la web oficial recomiende un nivel de 40-45 para iniciarse hay que tener mucho cuidado a la hora de recorrerla. Además, es imprescindible haber recuperado la vasija de Anor Londo para poder acceder al nuevo contenido, ya que para acceder a este mundo necesitamos recuperar un collar de un golem que aparece al principio de los Archivos del Duque.

Si bien el Jardín y el Santuario son zonas tranquila con un jefe en forma de quimera llamado el Guardián del Santuario que no nos dará muchos problemas, el Jardín Real, el Municipio de Oolacile y el Abismo son otro cantar. Limpiar el Jardín de Gigantes puede costar un poco si se te juntan demasiado, pero lograrás la armadura del Guardián, una buena armadura si te gustan las de tipo pesado. 

Pero es en la entrada al Municipio donde la cosa se pone interesante. El legendario caballero Artorias, que sucumbió al Abismo, nos espera. El combate es interesante y de los que requieren algo de habilidad y preparación. Pocos glitches vas a poder utilizar aquí. La recompensa, su armadura que sin ser espectacular es la más vistosa en el juego y con un poco de tesón puede llegar a ser la mejor para vestir el peso más ligero. También podrás conseguir su espada a través de su Alma y su escudo en el Abismo, donde otra sorpresa nos aguarda, ya que se nos cuenta que Syf, uno de los mejores enemigos del juego, era su perro guardián, el cual podremos convocar en el siguiente combate contra Manus: Padre del abismo.

El Abismo es una de esas zonas tan características de Dark Souls, muy oscura aunque no tanto como La Tumba de los Gigantes, y repleta de caídas y falsas paredes y suelos. Aquí hay una nueva especie de enemigos muy atractivos, ya que parecen Humanidades. No son muy peligrosos, pero como se junten date por muerto. En lo más profundo del Abismo nos espera Manus, cuya pelea puede resultar algo complicada si no se realizan ciertas tareas que nos resultarán casi imprescindibles. Gracias a él podremos mejorar nuestros catalizadores, así que preparaos hechiceros.

El último enemigo: Kalameet el Dragón Negro. Uno de los mejores bosses a los que nos hemos enfrentado, gracias a que se compone de una parte "puzle" y otra de habilidad, sobre todo si quieres cortarle la cola, la cual te dará una Ultraespada de Obsidiana bastante interesante. Una vez completado el "secreto" que permite enfrentarte a él correctamente, puede no resultar demasiado difícil, pero os aseguramos que si quieres cortarle la cola sufrirás mucho.

Este es, en resumidas cuentas, el nuevo mundo que tenéis disponible en la Prepare To Die Edition. Muchas almas más, buenas espadas y armaduras, bastantes enemigos finales y normales, muchas zonas y algún que otro NPC y mercader (aunque no herrero). El contenido de por sí, tal cual vendrá en el DLC Artorias of the Abyss para consola, vale muchísimo la pena y es vuestra decisión si esperar a él en el caso de haber jugado a la versión de consola o lanzaros a una nueva partida en PC.

Ahora bien, la versión PC. La conversión a compatibles es realmente mediocre. Casi podemos asegurar que, si bien no hemos sufrido en Blightown tanto como en consola, el bajón injustificable de frames ha seguido inherente e incluso en zonas donde no lo recordábamos tanto. También está el problema de la resolución, y es que Dark Souls tiene un escalado terrible, con resoluciones por debajo de los 720p que hace que siempre escale la imagen y el resultado sea terriblemente borroso. Con ese pequeño Fix que la comunidad se ha sacado de la manga se puede arreglar y tendréis un Dark Souls como dios manda en vuestro PC, aunque mucho ojo porque tendréis que tocar en varias ocasiones el archivo .ini y no siempre es compatible con todas las configuraciones de vuestros PCs, por lo que habrá que seguir esperando a un parche oficial que solucione todos los desaguisados de un plumazo. ¿Los bajones de frames? Ni en sueños.

Con todo, Dark Souls sigue siendo una obra maestra. Uno de los mejores juegos de la generación. La versión de PC sigue siendo un port poco mimado, salvo por el contenido descargable. En un PC con mando es exactamente igual de placentero de jugar, aunque tengas que darle un par de vueltas más si quieres configurarlo mejor (pero a los jugadores de PC esto nos encanta y forma parte del juego). Por todo lo demás, si nunca te has echado a la cara un Dark Souls, es el momento para que conozcas el verdadero dolor y lo que significa un reto de verdad. Una total simbiosis entre juego y jugador.