Analisis Castlevania Lords of Shadow 2 ,PS3

Después de que una primera entrega de un supuesto reboot y su nexo portátil hacia la segunda parte nos confirmasen que nos tendríamos que olvidar de todo cuanto sabíamos hasta ahora de Castlevania para poder disfrutar de esta saga con trama propia que se aprovecha de personajes ajenos, ver que ahora es un extremista cristiano con armadura de caballero del zodíaco quien dice el mítico «Die monster! You don't belong in this world!» y no Richter Belmont, duele menos que si lo hubiesen hecho en esa primera entrega. Olvidándonos ya de Castlevania como era antes y centrándonos en lo que es ahora... No podemos decir que esta nueva saga pueda llegar a tener una identidad propia cuando cuenta con tres títulos tan radicalmente diferentes, donde sólo comparten elenco de personajes y un buen sistema de combate.

Lords of Shadow 2 tiene tanto de bueno como de desastroso. Por alguna extraña razón, todo nuevo añadido ha quedado totalmente fuera de lugar y hace que el juego se sienta ajeno a lo que debería ser, sumando a este Drácula a la larga lista de vampiros discutibles cuando le vemos recorriendo áreas industriales y cabalgando en tanques de gas en llamas en vez de castillos y torres del reloj. Castlevania: Lords of Shadow 2 separa su desarrollo en dos mapeados, uno en una ciudad contemporánea y otro en las imaginación del propio castillo de Drácula. En una tenemos que infiltrarnos en fábricas entre mastodontes con rifles y acabar con mechas de la policía y con demonios salidos de los peores diseños de Ninja Gaiden, y en otra parte asediamos diferentes áreas del clásico castillo enfrentándonos a caras conocidas y amenazas que al menos concuerdan. Una parte no está bien. La otra sí, pero con sus altibajos.

Del desarrollo por capítulos del primer Lords of Shadow al mapa á la Metroidvania de Mirror of Fate, pasamos a un mundo más abierto, que cuenta con todos los entresijos necesarios para potenciar el backtracking a medida que conseguimos nuevas habilidades y las múltiples formas de comunicar varias áreas, un buen mapa que a pesar de todo no deja de dar cierta sensación de linealidad, donde avanzar resulta muy automático mientras nos movemos por fachadas y cornisas, y un auténtico horror cuando se trata de pasar desapercibido convirtiéndonos en rata (discutible elección para un vampiro) o poseyendo enemigos. Una auténtica cortada de rollo cuando lo que en realidad buscamos en estos Castlevania es disfrutar de un muy buen sistema de combate, o que al menos avance la historia de una forma más fluida sin la interrupción de partes de sigilo mal diseñadas.

El sigilo es un desastre. Es una de esas nuevas mecánicas introducidas para esta entrega que no cuaja de ninguna forma posible, aunque al menos sólo son partes determinadas de la historia y no tenemos que volver a repetirlas en ese momento a partir del cuál podemos explorar todo el mapeado con libertad para conseguir el 100%. El sigilo es un desastre y no hay forma de compensar esos malos momentos por mucho que otros añadidos mejoren la experiencia. A quienes gustó el sistema de combate del primer Lords of Shadow, disfrutarán igual con esta segunda parte, más aún con el interesante añadido del sistema de Maestría de las armas, que obliga a utilizar todo tipo de combos para llegar a mejorar dichas armas.

Un sistema de combate completo del que ha bebido incluso el último Devil May Cry con la asociación de armas celestiales e infernales a los botones superiores no se podía dejar escapar. Defensas y esquivas, contraataques con timing, combos en tierra y aéreos, sacrificios a cambio de la recuperación de vida... No hay nada que reprochar en este aspecto, y además ese sistema de maestría ayuda a eliminar uno de los problemas clásicos de los hack'n'slash como es el que siempre acabemos por utilizar el mismo combo, y un problema menos clásico como es el corte de ritmo con QTEs en mitad de un combate (hola, Metal Gear Rising), que aquí tenemos la opción de eliminar o no.

Lords of Shadow 2 (por evitar de alguna forma llamarlo Castlevania) llega para darle un supuesto fin a una trilogía en la que han conseguido que no nos interesen ni Carmilla, ni el Juguetero, ni la Muerte, ni Satán, ni los Belmont, ni Drácula, ni el mismísimo Alucard. Ni el fan de Castlevania ve reflejados a sus personajes conocidos de una forma diferente ni el no-fan puede llegar a ver una coherencia dentro de la propia historia que Mirror of Fate había conseguido con mucho acierto. Lords of Shadow 2 vive de la buena idea que fue el Lords of Shadow original y tiene buenos gestos con el hack'n'slash y con las aventuras no lineales, ya que al final, recorrer el mapeado con todas las habilidades e ir consiguiendo todos los secretos es casi tan placentero como lo sería en un Castlevania de los de Igarashi, además de ofrecer buenos retos y recompensas para quienes busquen disfrutar de ese sistema de combate. Pero los altibajos en el diseño de niveles y en el ritmo del juego, o la malísima elección de cambiar secciones de varios usos del látigo por secciones de sigilo, o la indiferencia con que se trata a la mayoría de personajes dejan una mala sensación. Sensación de un potencial desaprovechado, y sensación de no querer que haya más de estos experimentos con Castlevania.

(Versión analizada: Xbox 360)