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Analisis Call of Duty Infinite Warfare ,PC,PS4

Disfruta de los fuegos artificiales
Martes 08 de Noviembre de 2016 por Álex Pareja

En un momento concreto de la campaña de Call of Duty Infinite Warfare se pronuncia esta frase: Disfruta de los fuegos artificiales, que viene a ser un gran resumen de lo que significa esta nueva entrega de la todopoderosa franquicia de Activision. Sentarse y disfrutar de un espectáculo visual sin parangón en lo que al modo individual se refiere, que por fin consigue ser superior a lo visto en los últimos años en esta franquicia. Pero esa afirmación tampoco quiere decir que ese espectáculo sea bueno del todo.

 

Sí, la campaña individual de Call of Duty Infinite Warfare por fin ofrece una experiencia que puede contentar a los jugadores de la saga, en lugar de esas abominaciones que hemos tenido que soportar en estos últimos años. Se nota que se ha invertido una inmensa cantidad de recursos en generar algo espectacular, muy cinematográfico, con un nivel visual y artístico fuera de toda duda. En algún sitio se tenían que invertir los euros conseguidos con esas políticas de DLC's, Pases de Temporada y micropagos tan agresivas, claro. Pero todo se queda un poco ahí, en ese límite superficial: mostrar escenarios, explosiones y esos fuegos artificiales antes mencionados, sin explotar demasiado las mecánicas jugables que atesora el juego y que son de calidad. ¿Es un modo Campaña entretenido? Por supuesto, es disfrutable y ya es mucho decir, pero está a años luz de lo visto en otras propuestas del género muy recientes.

 

 

La historia tampoco da para mucho, a pesar de que Infinity Ward ha querido evidenciar que en esta ocasión ha dedicado mucho tiempo a su desarrollo. Pero quizás lo ha querido exponer demasiado. Por ejemplo, con la enorme cantidad de información opcional que se nos proporciona sobre distintos hechos y personajes que no son relevantes ni interesantes. La trama sirve como contexto para emplazar las fases de acción, para generar algunas escenas interesantes pero poco más. Call of Duty Infinite Warfare planta una semilla muy interesante en lo relativo a su modo Campaña, que ojalá las futuras entregas de la franquicia puedan tomar como testigo, pero llega a ser algo repetitiva y con falta de chispa. 

 

Destaca, sobre todo, la implementación de elementos propios del modo multijugador dentro de esta modalidad individual, como la presencia de clases y complementos para nuestras armas. Será importante elegir nuestro armamento inicial antes de embarcarnos en una nueva aventura, y todo lo elegiremos nosotros (aunque se nos proporcionen algunas indicaciones). Es decir, que se acabó eso de comenzar una misión con un armamento predeterminado y de una guía continua de nuestros actos. Incluso podremos decidir realizar misiones secundarias antes de lanzarnos a por las principales, lo que nos proporcionará nuevos elementos de modificación. ¿Son interesantes y necesarias? En absoluto. La calidad de estas misiones secundarias decrece mucho respecto a las principales y en muchas de ellas se copian escenarios y patrones jugables. Solo servirán para el que quiera conseguir un cien por cien, ya que tampoco es necesario desbloquear todo para poder avanzar.

 

 

Mención aparte merecen las batallas con naves espaciales, espectaculares a nivel visual, pero un desastre mecánico. Solamente tendremos que fijar el objetivo de las naves rivales y disparar. De vez en cuando podremos lanzar bengalas (cuando nos disparen misiles) y poco más. Cuando avanzamos en la Campaña de Call of Duty Infinite Warfare, estas misiones se hacen todavía más pesadas, con escenarios cada vez menos inspirados y con una mayor presencia de enemigos. Esto, lo único que consigue, es aumentar el tiempo que tardamos en vencerlos mientras nos aburrimos deambulando por el espacio exterior, quién lo iba a decir. Afortunadamente, el control a pie vuelve a ser delicioso.

 

Call of Duty Infinite Warfare es prácticamente idéntico a Call of Duty Black Ops 3, salvo algunos pequeños matices, pero los jugadores habituales de la saga sabrán amoldarse a esta nueva obra casi sin tiempo de adaptación. Dominar los saltos, los wallrunning y los disparos será básico para conseguir sobrevivir en el modo Campaña y también en el multijugador, del que os hablaré ahora. Es una pena, eso sí, que no se exploten tanto esas mecánicas de movimiento, y los disparos siempre son los protagonistas. Podemos saltar, realizar acciones espectaculares gracias al jet pack... pero el juego en ningún momento te invita a hacerlo, es simplemente una posibilidad que está ahí, complementando. 

 

 

El multijugador, con ese mismo sistema de control, también sigue los pasos de Call of Duty Black Ops 3, pero, sinceramente, me parece un paso atrás en casi todos los sentidos. Las armas son mucho menos características, su comportamiento (salvo entre distintas clases) no varía en exceso, y lo mismo ocurre con los mapas: menos espectaculares y satisfactorios de recorrer. Por no hablar de los Especialistas, que fueron una de las mejores incorporaciones de la entrega anterior y que en Call of Duty Infinite Warfare pierden casi toda su gracia. Si en Black Ops 3 llegamos a reconocer a cada uno de ellos, con su apariencia y sus habilidades típicas, aquí todos somos robots casi idénticos, con habilidades diferentes que podemos elegir. No podemos saber, a nivel visual, qué habilidad especial tiene nuestro rival, por ejemplo. Aunque tampoco importaría tanto, ya que su utilidad también se ha visto rebajada. Ni son tan espectaculares ni útiles, restando mucho a la experiencia global.

 

Pero sigue siendo muy divertido, evidentemente. Puede llegar a ser algo frustrante para los recién llegados, sobre todo con un matchmaking que podría ser muy mejorable, pero si te lo tomas algo en serio vas a encontrar uno de los mejores modos multijugador del mercado si hablamos en puros términos competitivos. Aquí no se viene solo a pasárselo bien, sino que hay que rendir. Las estadísticas son importantes y las comparaciones entre jugadores básicas. Call of Duty Infinite Warfare está para satisfacer a los que gustan de ese olfato competitivo y quieren ser cada vez mejores.

 

 

Es una pena que las ansias de ganar dinero se enfrenten cara a cara con esa competición entre jugadores. Call of Duty Infinite Warfare vuelve a introducir los modelos de armas, también presentes en Call of Duty Advanced Warfare, que tanto castigaron a muchos de sus usuarios en aquellos momentos. Es justo reconocer que no llega a ser algo tan desesperante, pero sí que no consigue lidiar con lo maravilloso que era en este sentido (y en casi todos) Call of Duty Black Ops 3. Las armas tienen diferentes modelos, a cada cual mejor, que podremos ir desbloqueando consiguiendo piezas de arma. También, casualmente, se podrán conseguir a través de la apertura de suministros, que, también casualmente, pueden obtenerse con dinero real. Los jugadores que sean unos enfermos y jueguen muchísimas horas (o que se gasten dinero en los suministros) tendrán acceso a armas mejores que los usuarios que jueguen menos. ¿Es injusto? ¿No lo es? A mí me lo parece, ya que es una ventaja obvia: empezar a disparar a un jugador primero y que él termine ganando el cara a cara con el mismo arma que tú pero con un modelo superior, molesta. Esa no es la esencia competitiva de Call of Duty que durante tantos años forjó con obras inolvidables.

 

 

Call of Duty Infinite Warfare vuelve a dar importancia al modo Campaña, que sin ser perfecto, nos deja disfrutar de esos fuegos artificiales y de una experiencia muy cinematográfica, complementaria y satisfactoria respecto al modo multijugador, que da un paso atrás muy importante respecto a lo visto en Call of Duty Black Ops 3. Y es una pena que los micropagos y una nueva política de contenidos adicionales tan exageradamente abusiva con el jugador vuelva a ser el peor aspecto de un título que, en su base, es increíblemente divertido y competitivo.

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